Ayyy mi Leonard!!!! Gracias por leer :)
EvelynTodo parece suceder en cámara lenta mientras veo a Leonard caer.El grito sale de mi pecho antes de que pueda contenerlo y consigue despertar todo dentro de mí.—¡Leonard!Mi mundo se reduce al instante en que lo veo caer. El Alfa. Mi compañero. Mi todo. Se desploma como si lo hubieran arrancado del aire, y por un momento, siento que el campo de batalla se detiene. No escucho los rugidos, ni los hechizos, ni el crujido de las garras. Solo el tambor sordo de mi corazón latiendo con furia y terror.Entonces no queda espacio para pensar en nada más y no lo hago, simplemente actúo, lo hago sin importarme nada más.Corro. El aire quema mis pulmones, y cada zancada es como un disparo de energía bajo mis pies. La rabia me recorre como una corriente eléctrica. No pienso. No razono. Solo actúo.Tres enemigos se atraviesan en mi camino. No sé si son lobos, si aún están poseídos o si lo hacen por voluntad.Y sinceramente en estos momentos no me importa nada más que mi compañero y la for
EvelynMegara gira la cabeza y me ve y puedo decir que en su rostro parece que hubiese visto un fantasma, me imagino que para ella eso es lo que soy.—No…No puede ser ¡Tú estabas muerta! —su voz tiembla de furia—. ¡Alex dijo… tú estabas muerta!Sonrío. Una sonrisa lenta, cruel, que sabe a justicia.—¿Y te lo creíste? ¿Tan fácil te manipulan?—¡Eso no es posible! —grita—. ¡Ragnar dijo que tu alma se había deshecho con la oscuridad!—Entonces Ragnar subestima más de lo que aparenta. Aunque no tanto como tú.Megara retrocede, como si ver mi rostro fuera peor que una maldición.—Leonard se volvió loco por ti… hablaba solo… creía que te sentía… ¡tú no deberías estar aquí!—Y sin embargo, aquí estoy. Viva. Más fuerte que nunca. Y tú…La energía empieza a acumularse en mis palmas. Luz lunar, pura y palpitante, responde a mi rabia.—…tú vas a pagar por cada traición, por cada muerte, por cada alma que corrompiste.Megara me lanza una un cuchillo de plata, pero lo bloqueo.Ella se transforma p
LeonardEl aire huele a madera, incienso suave y algo que me hace doler el pecho: hogar.¿Hogar? Pero qué demonios…Abro los ojos de golpe, jadeando como si acabara de emerger del fondo del mar. El corazón me golpea con fuerza, y lo primero que siento es el ardor en la espalda. Me intento mover, pero mi cuerpo protesta, pesado, golpeado, aunque entero.Estoy acostado en una cama. No en una cualquiera… estoy en una de las habitaciones de la casa Alfa.Mis ojos buscan por el lugar a una persona en especifico mientras que mi cuerpo se va tensando cada vez más cuándo no la veo.—Evelyn… —susurro, apenas audible.Lo último que recuerdo es verla peleando, rodeada de enemigos, y luego… nada. Un destello, un golpe, su grito en mis oídos. El pánico me sacude como un rayo.No. No. No.Ella tiene que estar bien, no pudo haberle pasado nada.¿Cómo demonios quedé inconsciente? No voy a perdonarme cómo le haya pasado algo.Me incorporo de golpe, ignorando el ardor, y tropiezo hasta la puerta. No p
LeonardLa celda de Megara está fría y sin luz. Solo una antorcha tiñe la piedra de naranja sucio.Está sentada contra la pared, las muñecas atadas con cadenas selladas por runas. No hay ni rastro de la mujer elegante y sofisticada que se paseaba por la manada diciendo a todos que era mi prometida, qué sería la próxima Luna.Esta mujer parece una vagabunda, sucia, con ropa rota, el cabello hecho un desastre y en sus ojos no hay ni rastro del brillo que solía haber.Esta es la verdadera ella.Aún así, cuando me ve entrar, sonríe.—Vaya. El Alfa ha despertado —musita con voz seca.—Y tú sigues respirando. Lamentablemente —respondo.La mueca que se forma en su rostro consigue que una media sonrisa se forme en mi rostro, por lo que queriendola hacer enojar aún más, simplemente agrego:—Pero tranquila, eso es algo que puedo solucionar sin problema.Ahora si puedo ver como su rostro palidece y el miedo brilla en sus ojos, aunque intenta recomponerse y disimularlo lo mejor posible.Pero yo s
EvelynEsperar que Leonard salga de hablar con Megara es una completa tortura, pero aunque él me preguntó si quería acompañarlo, sé muy bien que esto es algo que debía hacer él solo.Mi presencia solo habría hecho que ella se cerrara y hubiese bajado todas las probabilidades de que ella dijera algo, si es que va a hacerlo.Por eso ahora me estoy comiendo las uñas mientras espero. No sé cuánto tiempo ha pasado exactamente pero cuándo lo veo salir no consigo descifrar nada en su expresión más allá del hecho de que ve muy, pero muy tenso.Sin embargo, no alcanzo a decir una sola palabra porque él llega hasta mi con una velocidad impresionante y me envuelve entre sus brazos con tanta fuerza que no puedo hacer más que regresarle el abrazo.—¿Qué ha pasado?—pregunto luego de unos segundos y el simplemente niega con la cabeza antes de decir.—Aquí no.Lentamente me separo de él y busco sus ojos, entonces si consigo identificar algo en su mirada: preocupación.Sea lo que sea que esa loba le
EvelynLa conversación que tuve anoche con Leonard no sale de mi mente.Mi hijo… ese niño es mi hijo y puedo estarlo llevando dentro ahora mismo, pero eso no es todo, si las cosas son como creemos, entonces es a él a quién quieren, quieren quitarme a mi pequeño y usarlo quién sabe para que.Pero están locos si creen que voy a permitirlo, primero deberán matarme.Camino con paso firme por el pasillo de piedra, apenas ha salido el sol y la mayoría sigue durmiendo, pero no me importa, es así como necesito que sea, sin embargo por más decidida que estoy por dentro todo en mí tiembla. La hechicera blanca está al fondo, en su cuarto de sanación, murmurando palabras en una lengua antigua mientras cierra la herida de un guerrero con una mezcla de hierbas y energía lunar.Espero a que termine, pero no puedo evitar que mi respiración esté entrecortada. Cuando ella me ve, asiente con suavidad. Sabe que no vengo por algo pequeño.—Necesito hablar contigo —le digo.Sin hacer preguntas, me hace pa
LeonardLa noche aún huele a guerra.El aire en el bosque es denso, cargado de algo que no reconozco del todo. No es solo magia. Es más denso. Más químico. Más… antinatural.—Por aquí —dice Mikel, señalando unas ramas rotas y manchas oscuras sobre la tierra húmeda.Avanzo al frente del grupo. Alex, Sebastián, la hechicera blanca y tres de los guerreros más leales me siguen sin hacer preguntas. Saben que cuando salgo a cazar, no hablo. Saben que esta vez es personal.Porque si lo que Evelyn enfrentó fue un cazador… no era uno común.El rastro se vuelve más errático a medida que avanzamos. Zancadas más largas, gotas de sangre más espaciadas. El maldito trató de huir… pero va perdiendo fuerza.Y entonces lo vemos.Está a pocos metros, encorvado, con los brazos apoyados en el barro. Respira con dificultad. Su cuerpo se sacude con espasmos involuntarios, como si estuviera peleando consigo mismo.—No es humano —susurra la hechicera.Algo que ya sabíamos, pero esto es una confirmación.—Y tam
EvelynEl día del juicio ha llegado.Hoy todos aquellos que traicionaron a Leonard, que siguieron voluntariamente a Megara y al consejo, dando la espalda a su alfa, van a ser juzgados.Pese a que es algo que debe pasar, sé que Leonard no está feliz con lo que va a pasar, acaba de recuperar a su gente, a su hogar y lo último que quiere es empezar con problemas, pero también sé que siendo el líder, no puedo dejar pasar lo que sucedió.Debe dejar en claro quién es el alfa.Yo voy a apoyarlo en cada paso.El ambiente en la manada es espeso, denso. Los lobos no hablan en voz alta, se miran unos a otros con desconfianza, como si el aire mismo todavía llevara el eco de la traición.Las antorchas están encendidas desde el amanecer, marcando con fuego el espacio sagrado donde se llevará a cabo el juicio. Las sillas han sido dispuestas en semicírculo. El Consejo —ahora prisionero— está en el centro, encadenado con runas de obediencia. Algunos se retuercen. Otros están pálidos. Y unos pocos… aú