Evelyn
Todo parece suceder en cámara lenta mientras veo a Leonard caer.
El grito sale de mi pecho antes de que pueda contenerlo y consigue despertar todo dentro de mí.
—¡Leonard!
Mi mundo se reduce al instante en que lo veo caer. El Alfa. Mi compañero. Mi todo. Se desploma como si lo hubieran arrancado del aire, y por un momento, siento que el campo de batalla se detiene.
No escucho los rugidos, ni los hechizos, ni el crujido de las garras. Solo el tambor sordo de mi corazón latiendo con furia y terror.
Entonces no queda espacio para pensar en nada más y no lo hago, simplemente actúo, lo hago sin importarme nada más.
Corro.
El aire quema mis pulmones, y cada zancada es como un disparo de energía bajo mis pies. La rabia me recorre como una corriente eléctrica. No pienso. No razono. Solo actúo.
Tres enemigos se atraviesan en mi camino. No sé si son lobos, si aún están poseídos o si lo hacen por voluntad.
Y sinceramente en estos momentos no me importa nada más que mi compañero y la for