Evelyn
El aire dentro de esta cueva pesa como plomo. Cada paso que doy retumba con un eco que no suena vacío… suena a juicio. A sentencia.
La oscuridad avanza conmigo, pero no se manifiesta en palabras. Está callada. Observa. Espera.
De hecho creo que aunque no lo admita ella misma está asustada, y no es para menos, pues esta fue su carcel por siglos y si lo que busca sale mal, si no cumplo con lo que quiere, entonces muy probablemente vuelva a serlo.
Yo no pienso dejar que quede libre, si Leonard no llega a tiempo, si él no puede ayudarme, entonces yo voy a salvar al resto del mundo.
Ella no va a quedar libre.
Sigo avanzando, o más bien ella lo hace, pues no tengo ningún control de mi cuerpo, entonces siento que se detiene y miro lo que hay frente a mí: una pared cubierta de musgo se derrumba y revela algo que no debería estar ahí: un espejo.
Alto, antiguo, tallado en huesos y raíces negras. Su superficie no refleja el túnel, ni la piedra, ni siquiera la luz que emana de mi piel en