Capítulo 1 El inicio

Su alteza estamos listos, los invitados están llegando y su padre requiere de su presencia”, dijo Enrique mirándome con su adorable sonrisa, "Enrique, recuérdame de nuevo porque estoy haciendo esto" dije mientras me veía en el espejo y miraba mi atuendo de esta noche.

Enrique es mi primo, sus padres murieron el día del ataque al castillo y como era hijo único del hermano de mi padre, se quedó con nosotros, para mí es como un hermano, nos criamos juntos y es el General de nuestro ejército, también es un guerrero muy destacado en el reino y prácticamente es mi guardia personal.

 "Muy bien, por donde empiezo, si quieres que tu padre te tome en serio, para que te deje ser la futura reina de Galandria y no tengas que casarte con un estúpido caballero o alfa, que solo piensa en tenerte como damisela para presumirte, cogerte y como maquinita de bebes, me falto algo."

 "No, exactamente esa es mi motivación, gracias por recordármelo."

 "De nada, es un placer, ese es el vestido que usaras esta noche, ¿estas segura?." dijo mirándome de arriba hacia abajo, levante mi ceja y agache la mirada viendo mi vestido, era rojo completamente pegado a mi cuerpo, resaltando mi trasero y mis pechos, pero sin mostrar demasiado, ya que cubrí lo necesario, pero mi figura en verdad era única y yo lo sabía por eso me aprovechaba de eso.

Mi cabello rojo natural, caía libre por mis hombros y mis ojos verdes , me decidí por un ligero maquillaje, mis zapatos altos en un color nube y estaba perfecta para esta noche.

"Creo que tendré que estar muy cerca de ti, no dudo que uno que otro, tratara de pasarse de listo".

"Y quien te dijo que yo necesito que me defiendan, sé cuidarme sola Enrique, pero te lo agradezco, que haría sin ti" le dije dándole un beso en la mejilla y saliendo de mi habitación, con él detrás de mí.

Bajamos la escalera mientras veíamos a los invitados en el salón, todos mirándome prácticamente desvistiéndome con la mirada, "¿A quién tenemos aquí?, alguien interesante o del que deba preocuparte." dije tratando de no ponerme nerviosa.

 "Están los de siempre, Conrad el Conde de Zamarripa tu sombra fiel, cree que con enviarte flores constantemente caerás a sus pies el muy idiota, después tenemos a los gemelos Daniel y Dante los Condes de Marbella, estaban hablando sobre el torneo, quizá en retarte en arco y flecha" dijo Enrique sin poder ocultar su desagrado.

"De verdad, aún no pueden superar el que les haya ganado el año pasado, pensé que ya se habían casado o que por lo menos vendrían con alguna novia" le dije sorprendida de verlos aun solteros.

"Y Juliana la Condesa de Alba, está muy atenta con ellos, no dudo que pretenda casarse con alguno." dije sonriendo, mirándola como trataba de llamar su atención mostrando sus atributos físicos, si es que tenía alguno.

"No sería la primera, ni la última que los pretenda." dijo Enrique riéndose de como trataban de evadirla.

"Entonces los mismos de siempre y de los alfas  ¿ A quiénes tenemos?." dije cansada de ser tratada como un trofeo.

"Han venido 5 Alfas, los más importantes Alfa Benson del Clan Shadow, Alfa Raven del Clan Yellow Stone, Alfa Braulio del Clan Blue River y ni más ni menos que tu antiguo pretendiente y el más leal seguidor Alfa Kenzo del Clan West Rock ." dijo Enrique mirando hacia la derecha donde él se encontraba mirándonos o mejor dicho mirándome, sin el menor pudor posible.

"Mmm, ya lo vi y no pierde el tiempo como siempre, no se supone que tiene prohibido estar cerca de mí, no entiendo por qué fue invitado a este evento".

 "Tu padre, le envió la invitación, desconozco el motivo, pero por algo será, conozco a mi tío y no lo haría si estuvieras en peligro."

 "Dijiste 5 alfas, ¿Quién es el quinto?", le pregunte intrigada. "El Rey Alfa Magnus Black del Clan Real Black" dijo serio mirándome.

 "No lo puedo creer, finalmente hará su aparición después de tantos años, pensé que no había logrado que aceptará su invitación. " dije sorprendida por su visita.

"Al parecer, hubo algo importante en esa reunión que tu padre y el Rey Alfa tuvieron, fueron demasiados días, algo bueno debió de haber pasado que ocasiono su visita, incluso se quedara varios días, el rey ya pidió que le prepararan una de las suites principales del castillo, de hecho, la que está cerca de la tuya." Lo mire sorprendida, por lo que me acababa de decir, como es posible que mi padre hiciera eso, sabía lo importante que era para mí, tener mi privacidad y un alfa cerca no me la daría.

 "¿Qué?, Ese bruto estará cerca de mi habitación, tengo que hablar con mi padre, solo esto me faltaba, siempre se quedan del otro lado del castillo, por obvias razones, después del incidente donde Kenzo intento ……... (me quede callada, sin poder repetir lo que ese imbécil intento hacerme), no me quedaron ganas de que se quedaran cerca y pensé que papa lo había entendido, hablare con él."

 Camine por el salón del brazo de mi primo, hasta llegar a mi padre, ambos estábamos frente a él, Enrique lo miro y le hizo una reverencia, antes de retirarse y dejarnos solos.

 Trate de sonreír, pero no podía dejar de pensar, en lo que Enrique me dijo sobre el Rey Alfa Magnus, me acerque a mi padre y estaba dispuesta a enfrentarlo, para que cambiara de opinión y no hospedarlo cerca de mi habitación.

“¿Papa?", dije tratando de mostrar una sonrisa, bastante forzada.

 "Georgina, hija te ves hermosa esta noche me recuerdas tanto a tu madre, si tu intención era pasar desapercibida, déjame decirte que no lo lograste" me dijo mientras se acercaba a mí y besaba mi frente.

 "¡De verdad!", dije emocionada por las palabras de mi padre y caminando para tomar mi asiento junto a él.

Mire hacia nuestro alrededor sonriendo mientras los invitados pasaban y nos saludaban, hasta que decide sacar el tema de una buena vez, "¿Por qué se hospedara el Rey Alfa en la suite que está en el mismo piso que la mía, ¿puedo saber el motivo?, sabes lo importante que es para mí, tener mi privacidad".

 "Porque así lo decido yo y espero te comportes a la altura de lo que espero de ti, Magnus es nuestro invitado de honor y se quedara en el castillo por varios días, así que espero que seas atenta y respetuosa con él. " dijo mi padre mirándome y conocía esa mirada, algo estaba pasando.

"¿Magnus?, Papa, esto es algo inusual, ¿qué está pasando?, acaso me estas ocultando algo, ¿de que hablaron durante tu visita al Clan Real?,” le pregunte confundida por su decisión ante el Rey Alfa.

"Lo único que debes saber, es que Magnus tiene toda mi confianza y será tratado con respeto, y no se hablará más del asunto. " dijo sin darme una oportunidad de discutirlo.

 Mi padre levantó su mano, implicado que no hablaríamos más y decidí callar, él se levantó y se dirigió hacia los invitados.

"Queridos invitados, agradezco el honor con el que nos honran el haber aceptado la invitación que les extendí, tendremos tres días de eventos, que estoy seguro serán memorables, el día de hoy estamos recibiéndolos con los brazos abiertos y como tal, esperamos el respeto que se merece tanto mi reino como mi familia."

"Mañana será el torneo de combate y de arco, en el cual participaran los campeones elegidos por cada Casa real y Clan por supuesto, en la noche tendremos el baile de introducción y el último día cerraremos con la presentación de los campeones y un anuncio oficial que sellara para siempre el futuro de todos, espero que estos días sean de armonía y compañerismo, entre todos  ¡A divertirse! ", dijo mi padre con una enorme sonrisa.

Me levanté de mi asiento y decidí ir con mi amiga Aimé, ella es una mujer lobo y además mi mejor amiga.

 "Hasta que te encuentro, no soporto estos bailes que organiza tu padre, con todo respeto al rey, son bastantes aburridos." dijo ella sonriéndome.

Solté una carcajada y la miré, "ni que lo digas, ¿todo listo?", le dije emocionada.

 "Te he fallado alguna vez, hasta tengo los antifaces, te conseguí uno rojo fuego verdaderamente hermoso, te vas a ver espectacular, " me dijo levantando su ceja.

"Jamás lo dudé de ti, dame 15 minutos para ir a mi recámara a cambiarme y nos vemos cerca de mi auto" le dije.

"No sería mejor irnos en el mío, si nos vamos en el tuyo, levantara muchas sospechas y no queremos que se den cuenta de que saldremos solas."

 "Tienes razón y dicen que las rubias no tienen neuronas" dije mirándola en forma de burla.

"Eso es porque tuvimos que darles una buena dotación a las pelirrojas, hay cada idiota por ahí, que solo dios sabe qué harías si yo no fuera tan caritativa,” dijo mirándome y riéndose.

"¡Que graciosa!, nos vemos en 15 minutos me voy." Me separe de Aime y decidí caminar un poco por el salón, para hacerme notar antes de desaparecer esta noche, cuando sentí que alguien me tomo de mi brazo y gire mi cabeza en busca de esa persona, que se había atrevido a tocarme sin mi permiso.

"Cada día estas más hermosa, lo cual me hace más difícil el no poder estar a tu lado" dijo Alfa Kenzo acercándose a mí de una manera que no me gusto para nada.

"Qué lástima, porque tendrás que hacerte a la idea, no creas que porque mi padre te invito puedes acercarte a mí o incluso intentar entablar una conversación conmigo, lo nuestro hace mucho tiempo que se terminó, ya no me interesas y no quiero verte" le dije firme y sin una sonrisa en mi rostro, lo odiaba y no toleraba su presencia, mucho menos que estuviera tan cerca de mí.

 "Algún día Georgina, mi bella princesa estarás en mi cama, rogándome que te haga mía y que recorra tu cuerpo con mis caricias,” me dijo el muy cínico en el oído, mientras su mano estaba en mi cintura apretándome hacia él con fuerza.

 Lo mire de frente, con la cabeza en alto y le dije con mucha seguridad, "ese día jamás llegará, prefiero ser la puta de un burdel que ser tu luna y tu mujer" me solté de su brazo y camine hacia las escaleras, rumbo a mi cuarto.

Enrique estaba al inicio de las escaleras y se acercó a mí, "¿Estás bien? ", me dijo preocupado, mientras miraba a Kenzo, por encima de mi hombro, alguna vez fueron grandes amigos después de aquello que paso entre nosotros, todo entre ellos cambio.

 "Si, no te preocupes, nada que no pueda manejar, me iré a mí recámara, estoy cansada y no tolero su presencia."

 "Te acompaño" dijo Enrique.

 "¡No!, no es necesario mejor quédate y cerciórate que no me siga, no lo quiero cerca de mí."

"Dalo por hecho, lo tendré vigilado hasta que se vaya de nuestro territorio."

 Seguí subiendo las escaleras y sentí una mirada penetrante, me detuve y gire mi cabeza, para encontrarme con los ojos de Kenzo fijos en mí, su mirada era oscura y posesiva, simplemente no podía entender que yo no sería para él y sé que eso, lo estaba comiendo vivo por dentro.

Lo ignoré y seguí mi camino hacia mi habitación.

No sé cómo alguna vez estuve enamorada de él, ha cambiado tanto, que es imposible reconocer a ese joven dulce y tierno, del que alguna vez estuve enamorada.

El muy imbécil se sigue sintiendo con derecho sobre mí, desde la primera vez que me vio cuando tenía tan solo 15 años, pero todo fue su culpa, desde entonces ha hecho hasta lo imposible por reconquistarme, incluso intento tomarme a la fuerza, ese fue su peor error.    

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