3° Despedida...

En cuanto raya el sol, mis ojos ya están abiertos como los de un búho, no he podrido dormir prácticamente nada y me siento aplastada bajo el peso de mis emociones y las de mi loba, pero aún así, con un gran esfuerzo me levanto de la cama, y como si mis huesos fueran de gelatina, casi me arrastro hacia la ducha para intentar hacer que el sopor que me agobia, desaparezca lo más posible. 

Termino de secarme antes de lavarme la cara con jabón y ponerme un poco de crema para no tener aspecto de muerta viviente. Una vez lista, me visto y salgo del cuarto, bajando las escaleras hacia el salón, donde me encuentro con mis ex suegros. Al verme, en seguida se acercan a mí, Lisa incluso me abraza con fuerza, denotando lo mucho que ésta situación la ha afectado. 

-Lo siento mucho, mi niña, no te merecías esto. 

-Es verdad, nuestro hijo, sin importar que lo sea, nos avergüenza por haber hecho lo peor que puede hacer uno de los nuestros. No merece a alguien como tú a su lado. 

-¿Realmente vas a irte?

-No puedo quedarme aquí, ustedes lo saben. 

-Puede que quizás suene mal, sin embargo, desearíamos que tú fueras nuestra hija y no él.

-Gracias por lo que me toca. 

La voz molesta de Alefrick nos alcanza y el ceño fruncido con enojo de sus padres se vuelve hacia él. 

-Pues te mereces eso y más, todo esto es tu culpa.

Se nota que van a seguir discutiendo, es obvio que he provocado guerra en ésta familia, aunque Luana me recuerda que no fuimos nosotras, sino mi ex, y decido salir del medio, escapando disimuladamente del drama familiar hacia el exterior de la casa de la manada, queriendo un poco de aire fresco antes de lo que se viene.

En cuanto pongo un pie afuera, el sonido de la pelea disminuye, y se hace aún más silencioso (casi desaparece por completo) en cuanto cierro la puerta tras de mí. Mis ex suegros son dos personas maravillosas, que me cogieron como si fuera su propia hija desde el momento en el que supieron que sería la compañera de su hijo, desde el momento cero en que me conocieron, siempre fueron muy amables, y el daño que esto les ha producido, puedo entenderlo, mas me asombra su empatía conmigo más que con su propio hijo. Y yo que pensaba que quizás lo justificarían o similar. 

Como sea, en cuanto echo un vistazo a mi alrededor, noto que varios ya han empezado a congregarse para el anuncio, y veo mucha confusión en sus rostros, mucho desconcierto, a varios preguntándose los unos a los otros qué habrá ocurrido y el por qué de ésta reunión...

Solo hay un rostro que es diferente, que casi parece sonreír que está en primera fila, uno que hace que Luana puje por salir en cuanto lo nota, porque quiere ir y arrancarle la sonrisa ella misma con sus dientes, quiere verla sufrir tal y como nosotras, o incluso más: Tábitha. 

Sus ojos brillan casi con alegría bajo el sol mañanero, evidentemente gozando del momento. Mas algo que relaja a mi loba, aunque pueda sonar cruel, es el conocer el hecho de que, aunque haya conseguido al Alfa para ella ahora, como siempre quiso desde antes de que supiéramos que éramos pareja con Alefrick, sufrirá enormemente durante nueve meses, mucho más de lo que ella cree. 

Quizás podríamos ser tachadas de crueles, mas eso no importa. Cruel es lo que ella hizo, y nosotras solo veremos la cosecha de sus acciones, no tuvimos nada que ver en lo que le pasará ni mucho menos interferimos. 

Como dice el dicho, siéntate en el pórtico de tu casa y, con el tiempo, verás pasar el cadáver de tus enemigos.

Yo sé que, en cuanto sepa el alcance de su error, va a arrepentirse y mucho, no obstante, eso ya no es problema mío. Ya tendrá que ocuparse Alefrick de ella y de las consecuencias. 

Sin decir una palabra y sin permitir que nadie se me acerque aún, porque necesito un momento antes de hablar ante todos, simplemente me doy vuelta y me encamino a la parte trasera de la casa, alejada del tumulto de gente, y trepo a la parte más alta del árbol gigante que hay en el espacio, hasta donde las ramas me permiten estar mientras soportan mi peso. 

Mi vista cubierta de verde y marrón por los bordes, me deja apreciar el hermoso paisaje de las montañas que siempre me ha dado la paz que necesito en los peores momentos, en los más difíciles, cuando me sentía más agobiada, y ahora, una vez más (quizás la última), necesito de su ayuda para poder hacer algo realmente difícil. 

Siento el pecho oprimido, incluso una lágrima escapa de mi ojo, todo el peso de esto cae sobre mis hombros y me siento abrumada, sin embargo, la voz de Nina en mi cabeza, me hace respirar profundo e intentar volver a armarme. 

-¿Angui? ¿Dónde estás?

-En el árbol de atrás.

-La manada entera ya está aquí, ¿quieres que vaya por ti?

-¿Ya están todos? 

-Sí, ¿por qué?

-Pues parece que ha pasado más tiempo del que creí, ahora voy. 

-Está bien; con Johan estamos listos, cuando quieras, nos dices y nos vamos.

-Tengo que guardar un par de cosas y podemos irnos en cuanto termine.

-Bien, a penas termines de hablar, voy contigo y empacamos lo que quieras.

-Gracias, ahí voy.

Corto el enlace y bajo del árbol con cuidado, respirando profundo una vez que estoy en el suelo. 

-¿Estás segura de hacer esto? Porque podríamos solo irnos y ya.

-No Lua, es necesario, ellos merecen saber porqué me voy. No quiero que piensen que los abandono así como así, porque no es verdad, no es su culpa ni yo soy tan m*****a para hacer algo semejante. Además, pronto se sabrá de todas formas y la verdad a veces se distorsiona cuando no es dicha en el momento. El tiempo da la posibilidad a malos entendidos, mentiras y confusiones.

-Está bien, está bien, pero si alguno de esos dos intenta lo que sea para culparnos o similar, no prometo quedarme quieta.

-Lo sé, y no eres la única que no puede prometerlo. 

-Qué bueno que estemos de acuerdo.

Nos encaminamos hacia el frente nuevamente, y ahí están todos, incluso Alefrick y sus padres, aunque estos están a varios pasos de distancia de él, un claro indicativo de que algo ocurre entre ellos. Como si la situación no fuera alertadora ya de por sí. 

En cuanto me ven aparecer, el murmullo constante que había en el grupo, se silencia al instante, como si nunca hubiera existido, y en su lugar, la atención completa de todos se centra en mi persona. El comunicado que enviaron mis ex suegros a la manada, fue que yo tenía algo de suma importancia para comunicarles hoy, y es por eso que no es Alefrick a quien atienden ahora, sino a mí. 

En éste momento, bajo la atenta mirada de todos, respiro profundo y me aclaro la garganta, antes de que empezar a hablar y dejar caer la bomba sobre todos. 

-Buenos días a todos, intentaré ser breve porque esto, no va a ser precisamente agradable, no obstante, quiero que lo sepan ahora y de primera mano. A partir de ayer en la tarde, su Alfa y yo hemos roto nuestro vínculo, y dejaré la manada, abandonando el puesto de su Luna. 

Casi pareciera que hasta la naturaleza misma se hubiera impactado con mi declaración, al punto de que el silencio es tal, que se podría escuchar perfectamente cómo, aún sobre la tierra, un alfiler impacta contra el suelo al caer. 

¿Nadie va a decir nada?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo