Palermo, 1 de febrero de 1983.
Mi lobo amado:
Esta tarde se llevó a cabo mi boda y no sabes cuánto me arrepentí de haberme negado a huir contigo.
De alguna manera, Mario descubrió lo nuestro y me enfrentó con la realidad de mi traición. Su golpe en mi mejilla dolió mucho menos que la expresión de total rechazo en el rostro de mis padres, y los vituperios que después recibí de ellos.
Fui una tonta, al sacrificar mi felicidad, nuestra felicidad, por complacer y proteger a mi familia.
No sabes cuánto anhelo volver a estar entre tus brazos.
Por favor, dime qué aún hay oportunidad para que volvamos a estar juntos.
Ven a verme a nuestro nido en cuanto recibas esta misiva.
Yo mientras prepararé en secreto lo necesario para abandonar Italia e irme contigo.
Ten por seguro que te amo, y que no he olvidado lo inmensamente feliz que fui entre tus brazos.
Tuya para siempre:
Rosa Visconti.
( Carta recibida)
/*/*/*/*/*/*. /*/*/*/*/*/*. /*/*/*/*/*/*.
Rose:
En la cocina, sentada sobre la