Por la noche, los esposos Lombardi estaban profundamente dormidos, Isadora ya estaba alimentada y seca, su padre la había arrullado con amor
El CEO entre sueños sintió pequeñas figuras caminar alrededor de la cama, de pronto corría, de pronto jalaban las sábanas, Donovan se despertó y de inmediato buscó que era lo que había en su habitación
— Carajo, ¿Qué pasa aquí? — Escuchó risas debajo de la cama, grande fue su sorpresa al ver a los mellizos vestidos en sus pijamas de oso, ellos estaban con las energías al cien
— Papá, tellemos mimir con mamá.
— Que diablos, ¿Cómo se salieron de la cuna? ¡No puedo creer que estén aquí como polizontes, vengan acá, los voy a llevar a su cuarto!
— ¡No, mamá, mimir!
— ¡Doménico, Dominic, obedezcan a papá! Si no vienen les voy a azotar el trasero — La voz de mando del padre los hizo salir y se fueron acercando a él para alzarle los brazos para que los cargara
— ¡No puede ser posible que hagan esto, no se deben salir de su cuna, vamos!