12. Mi mamá no es una asesina.
Ana lloraba desconsolada, llevándose las manos a los ojos y quejándose continuamente de que iba a ser de su vida, cómo iba a sacar adelante sus niños, y de que ya podía olvidarse de tener una vida mejor algún día.
— Abu… Abu ¿qué pasa Abu?— preguntó Amira. La pequeña de las gemelas y la tercera en el orden de nacimiento.
— Mi hija es una asesina, mi hija mató a un hombre. ¿Y ahora yo que voy a hacer, cómo voy a mantenerme? — decía entre lágrimas haciendo que los pequeños quedaran sorprendidos por las palabras de su abuela.
Los hijos de Maryam se miraron los unos a los otros, a penas tenían cinco años, pero podían entender perfectamente lo que pasaba y para ellos no había nadie mejor ni persona más buena que su madre.
— Mi mamá no es una asesina — Dijo Amira — Demostraremos que ella no fue, tenemos que hacerlo.
— Ella no fue, mi mamá es buena — dijo su hermana y los niños las secundaron porque tenían muy claro que no podían dejar a su madre sola con ese problema.
Y a pesar de que esos