—¡TE FOLLARÉ, MUJER!—Él gruñó y ella gimió, encogiéndose en la cama y rezando para que la cama se la tragara entera para que pudiera escapar de este monstruo.
Su gran mano agarró su cuello mientras la hacía mirarlo y un fuerte jadeo escapó de sus labios sintiendo su fuerte agarre en su garganta.
—¡Muerdes mi lengua de nuevo y no dudaré en romperte todos los dientes!—Él se rió de su rostro, los ojos brillaban en rojo y ella se echó hacia atrás con un gemido.
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