CAPITULO 1.2   “Cambridge.”

                                        

(septiembre 23, 2017, Cambridge, Massachusetts, USA)

(Serena Maxwell McNamara)

            Al día siguiente al festejar mi cumpleaños Lee, me presento a su “amiga”, por lo que le dije

-La profesora de literatura es muy guapa y se ve que te quiere, es bueno que encontraras a tu alma gemela Lee, no es posible que pases el resto de tu vida solo.

-Es solo una amiga. - me dice

-Bueno, pues si se anima a pedir tu mano en matrimonio se la otorgare. - le respondí, la profesora me escucho, pues simplemente se rio y dijo

-Entonces creo que tendré que armarme de valor e ir a comprar un anillo, si lo dejo a él declarase me moriré esperando.

-Pues profesora solo diga cuando vendrá a pedir su mano y preparamos una cena para festejarlo. - le digo sonriendo

- ¿Qué le parece el sábado próximo, Señorita Serena?

-Me parece perfecto, la espero a las ocho de la noche para la petición y la cena. - le digo sonriendo con picardía, mientras de reojo veo a Lee que nos mira sorprendido

-Señoritas, al parecer ustedes dos se han olvidado de mi presencia. - dijo Lee

-No nos olvidamos de nada Lee, pero como tú no te animas, bueno yo hare los arreglos, además estamos en el siglo veintiuno, tu eres el novio solicitado y cómo estás conmigo, la profesora debería pedirme tu mano ¿Cómo crees que te dejaría ir, así como así? Además, no te hagas del rogar, se nota a un kilómetro que te gusta y la quieres ¿Acaso me lo vas a negar?

            Lee me observo y luego bajo la vista para después ver a la profesora y decir.

-No, es cierto, la quiero.

-Entonces, deja todo en mis manos y se feliz Lee.

-Pero tengo que cuidarla.

-Lee, se feliz, tengo a James y recuerda que puedo defenderme sola.

-Pero señorita…

-Pero nada, ya has hecho mucho, es momento de que seas feliz, la profesora es tu felicidad y por fin tengas una familia.

-Gracias Serena

-Bueno, pues ya está arreglado, tras la petición veremos lo de la fecha de la boda. - le digo sonriendo.

-Eha que no hay prisa. - dijo Lee

-No la hay, pero no te daré oportunidad a arruinarlo. - le advierto.

            A la mañana siguiente, Salí rumbo a la universidad a fin de realizar los últimos trámites, así como hablar con el rector, así que fui a su oficina.

            Una vez que el rector accedió a recibirme me dijo

-Señorita Maxwell McNamara, es un gusto verla, sabía que cuando Elías me hablo de usted con tanto entusiasmo no debía ser alguien común, pero usted es diferente a todos los jóvenes que han pasado por esta institución, no solo es bella y muy inteligente, es decidida y tiene un carácter independiente y fuerte, en suma es extraordinaria, pero dígame en que le puedo ayudar a una alumna de honores como usted.- escucharlo me sorprendió, pues sabía del amigo del Doctor Jeninngs, pero nunca me dijo que era el rector.

-Señor Rector, usted sabe que no estoy sola, vine con dos escoltas.

-Si lo sé, Elías me dijo de su antiguo incidente por eso se puso especial cuidado en la seguridad del campus y aun así usted tuvo varios incidentes lamentables y vergonzosos para la institución, no sé cómo disculparme, gracias a sus escoltas y a que usted misma sabe defenderse no pasó nada grave. - dijo el Rector; yo sonreí pues si varias costillas rotas, narices rotas, ojos morados y uno o dos brazos y piernas fracturados del lado de mis atacantes no es grave, yo no lo corregiré.

-Vera señor Rector, el Señor Lee Winston, mi jefe de escoltas dejara mi servicio y pronto se casara con una de sus catedráticas, usted sabe que gracias a Lee, el club de defensa personal para mujeres es mejor, pero usted puso el dedo en la llaga, la seguridad del campus aún es insuficiente y me gustaría recomendar al Señor Winston como Jefe de Seguridad, él puede reorganizar a los oficiales de guardia y mejorar enormemente la seguridad hasta hacerla insuperable, él como debe comprender, es un especialista.

-entiendo y bueno no es lo mismo tener seguridad privada inicial, a tener a un especialista en seguridad y protección. Además, el cargo de encargado de Seguridad está por quedar vacante ya que el Señor West será pensionado. Claro que me gustaría hablar con el Señor Winston y ofrecerle el cargo de Director de Seguridad y protección en el campus; el deberá hacer un nuevo plan de seguridad total e integral.

-Pues bien, aquí tiene sus datos para que lo contacte; siendo eso todo, me retiro, los trámites para mis documentos están terminados solo falta su entrega.

-Eso se llevará a cabo en unos días Señorita, no se preocupe, se le enviaran a su casa en un mensajero de la universidad.

-Gracias Señor Rector, me retiro ya que está ocupado.

            Salí de la rectoría y regresé a mi departamento, no tenía obligaciones ni presiones, así que era libre de leer, bailar o simplemente meditar, tenía ya veintidós años y no había vivido mi vida como cualquier otra chica.

            Aproveche mi tiempo libre para ir al cine, disfrutar de la música al aire libre, de disfrutar de un café y pastel en un cafetín del centro, o de pasear por las calles de Cambridge por las noches.

            Así llego la fecha acordada y en el departamento teníamos una cena especial por el compromiso de la profesora y Lee y discutimos sobre la fecha de la boda, la cual se llevaría a cabo el quince de octubre, es decir en dos semanas, tiempo suficiente para preparar la boda, hacer todos los trámites y pruebas a fin de cubrir todo lo necesario para la boda ante el Juez.

            La boda se organizó en los jardines del departamento que estaban en la azotea, había decidido regalarles el departamento, ya que no lo usaría más y la profesora tenía una casa de alquiler dentro del campus, así que ¿Qué mejor regalo que un departamento propio?

            El tiempo paso y las dos semanas se fueron como un sueño y mientras Lee hacia los trámites para los permisos, licencias y más para la boda, yo recogía todas mis propiedades para entregar el departamento tan pronto se casarán, ya lo ocuparían al volver de su Luna de Miel.

            Así llego el domingo quince de octubre y todo estaba listo, eran pocos invitados, solo compañeros académicos de la profesora y solo algunos de nosotros.

            La boda fue muy emotiva y tranquila, la comida se hizo deliciosa y envié a comprar un hermoso pastel para la boda. Por la tarde, despedimos a los recién casados en la puerta en donde los esperaba, una limusina que los llevaría al aeropuerto para tomar su vuelo rumbo a las hermosas playas de Acapulco.

            Dos días después, James y yo salimos del departamento dejando la llave que teníamos consignada en el correo de la universidad, así como los papeles de propiedad del departamento.

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