Capítulo uno: El Encargo

El café aún estaba humeante sobre la mesa cuando Ariadna abrió su portátil. Eran las siete de la mañana y ya llevaba despierta desde mucho antes, revisando presupuestos, respondiendo correos y luchando contra el cansancio de tantas semanas de trabajo sin descanso. Su pequeña empresa de organización de eventos, Luz de Mar, había sido su sueño desde hacía años, pero últimamente apenas lograba mantenerse a flote.

—Otro mes así y tendré que cerrar —murmuró, hojeando una carpeta llena de facturas pendientes.

Sus amigas le decían que era una soñadora, que no se rindiera, pero la realidad era cruel: la competencia en Madrid era feroz, y a ella le costaba conseguir clientes que confiaran en alguien tan joven para eventos de alto nivel.

Ese lunes gris parecía destinado a ser uno más de lucha y números rojos, hasta que recibió un correo que cambiaría todo. El asunto decía:

“Propuesta de colaboración internacional – Konstantinos Group”

Ariadna arqueó las cejas. Jamás hab