133. ¡Eryn ha vuelto a la vida!
Aryndell estaba en silencio.
No por miedo. No por incertidumbre.
Sino por respeto. Felicidad. Orgullo.
Habían vencido y vuelto a ser uno solo. Todo el mal había sido erradicado, al haber devuelto a Hades al abismo, sus criaturas se fueron con él.
Heretia probablemente se fue con él y Venuket ni siquiera dió la cara.
Los campos donde días atrás había estallado la guerra estaban ahora cubiertos de flores. La tierra, alimentada por las lágrimas y la sangre de los caídos, reverdecía con fuerza renovada. La luz regresaba poco a poco al corazón del reino.
Los estandartes de cada manada ondeaban en las torres. Sombra. Espíritu. Tierra. Agua. Luz. Plata. Sangre. Todas unidas. Todas parte de una misma causa.
En la plaza principal del Imperio Real, Dayleen, con su manto blanco y la espada de su padre en la espalda, caminó junto al Rey Alfa. A sus costados, los líderes de cada manada portaban coronas de plata o brazaletes sagrados.
El homenaje a los caídos estaba por comenzar.
—Hoy no l