Bella…
Sonreí en cuanto llegamos al hotel. Subimos directamente al ático mientras los demás iban a sus habitaciones. Bueno, Daniel, Bruce, Tommaso y Clarence comparten habitación; mi hermano y Bonnie están en otra habitación; y Richard y Val otra más. Teníamos guardias apostados fuera de nuestras habitaciones. Fui a ducharme y, cuando terminé, me tumbé en uno de los sofás y encendí la televisión, pero mi atención se centró en mi esposo. Estaba tecleando en su teléfono, sin darse cuenta de que le estaba mirando. Joder, ¿cómo puede un hombre ser tan guapo? Parece alguien que acaba de salir de una revista de moda en lugar de un avión. ¿Cómo consigue estar tan guapo aunque apenas hayamos dormido en el avión? Solo con mirarlo me daban ganas de follármelo como lo hicimos en nuestras vacaciones.
Lo deseaba. Lo necesitaba. Nunca me había sentido así por un hombre. Nunca había tenido estas ganas de acercarme a alguien y follármelo como con Ace. Sabía que estaba ocupado y no podía molestarlo p