Ashton…
Llevé a Rosa a su habitación después de cenar. Le dije que íbamos a pasar la noche aquí. “Voy rápidamente a darme una ducha. Cuando vuelva, será mejor que estés lista, Amore. Te haré gritar mi nombre tan fuerte que los vecinos nos oirán”. Sonreí satisfecho y me dirigí al baño.
Cuando terminé, decidí salir con una toalla alrededor de la cintura. Salí del baño y nuestras miradas se cruzaron. Una sonrisa se dibujó en mis labios al ver a Rosa mirándome. Me encantaba el rubor que se formaba en sus mejillas cada vez que me miraba.
Me acerqué con una sonrisa en la cara y la inmovilicé en la cama. Me miró nerviosa mientras yo la miraba a los ojos. “Creo que deberíamos irnos a dormir, Amore”, me burlé de ella.
Me miró con el ceño fruncido y decidí provocarla un poco más de ella. “¿No crees que sería mejor? ¿O te gustaría hacer otra cosa además de dormir?”, le susurré al oído, lo que la hizo estremecerse mientras le mordisqueaba el lóbulo de la oreja.
Apretó su cuerpo contra el mí