—Lu, qué suerte que llamaste, estaba buscando tu número.
Cuando un transportista que contrataste te saluda de esa forma, es el momento justo para empezar a buscar alternativas de emergencia. Eso hice, escuchando sólo a medias las excusas que Chapi intentaba darme. El chofer de su kombi estaba descompuesto y tenía ese servicio de todo el día colgado, así que iba a tener que cubrirlo él y todavía no encontraba alguien para manejar el minibús y hacer la entrada del aeropuerto que me había confirmado diez días atrás.
—Voy a seguir buscando, pero si conseguís alguien más, mejor. Avisame nomás. Voy a tener señal hasta las diez.
Gracias, Chapi. Te aviso. Y que te garúe finito.
—¡Buenos días, Vietnam!
La voz de Lucas desde la puerta del local no contribuyó a mejorar mi humor, pero tenía que conc