La misteriosa “To Do List” de Jared Cavalier había sido cumplida con asombrosa eficiencia. El Goodboy se propuso solucionar la infinidad de cabos sueltos generados durante los últimos treinta años, y lo estaba logrando a paso lento, pero firme.
Ya había, por ejemplo, alcanzado uno de sus objetivos más ambiciosos: lograr un divorcio amigable de su compañera de vida por veintiséis años. También había alcanzado la reparación de Ali Milá e, incluso, levantó la orden de alejamiento y llegó a un acuerdo amistoso con A.K.A. The First Fan.
Pero no había, sin embargo, forma alguna de cantar victoria, mientras El Emperador no terminara de reparar, uno a uno, los errores que había cometido desde que se convirtió en el lead singer de The Boyz in the Band.
Aquella mañana del sába