Cuando llega el amanecer llegan los besos y los recuerdos.
—No soy miedoso, solo soy ya sabes cauteloso —dice Beowolf frunciendo el ceño.
—Tengo sueño —dice Diva.
—Y si era veneno, y por eso tienes sueño —dice Beowolf.
—No me hagan reír desconfiados —dice Ana.
—Ya dejemos esto atrás y iré a ver a Casandra a mi amada, quiero verla, pero antes iré a traer algo —dice Rudulfo, mientras se teletransporta a kilómetros a Italia donde sabe que encontrara a Juan y Claudia, aunque el a veces habla con ellos por teléfono, pero nunca es lo mismo en persona.
—Hola —dice Rudulfo.
—Hijo que sorpresa —recibe con un abrazo Claudia a Rudulfo.
—Veo que consiguieron otros dos chef &mdash