- Peque, por que no estas con tu padre? -le preguntó a mi hijo de ahora cinco años el cual estaba jugando con sus muñecos encima de mi cama
- Pod que el hace cosas con sopi- apenas puede hablar bien pero noto sus pequeños pucheros
- Pero tú también puedes jugar con ellos- le digo mientras lo cargo entre mis brazos con un poco de fuerza
- Nop eso es juego de ninas- dice con su pequeño ceño fruncido.
- No creo que tu padre juege juegos de niñas, además tenemos poco tiempo para arreglarnos, tus abuelos nos esperan pronto en su casa- le recuerdo y a él se le iluminan sus ojos al oír a sus abuelos pues es el niño más consentido por ellos, se avienta levemente hacia delante indicándome que lo baje y así lo hago.
- Vamos, vamos- me jala con sus pequeñas manitas mi vestido hacia la salida
- No tan rapido, aún falta ir por tu padre- lo llevo de la mano hasta la habitación y una imagen me hace fruncir el ceño por una parte me da ternura y por la otra duda
- Amm temo preguntar que te ha pasado-