La miré con recelo pero me pareció ver por un segundo arrepentimiento en sus ojos, en sus manos traía una charola con comida, entró a la habitación y la dejó sobre la cama.
- No quiero nada que venga de ti, puedes llevártelo -hablé tratando de tranquilizarme
- No has comido nada, en tu estado te hace muy mal eso, no le he puesto nada, lo juro- nunca había cruzado más de dos palabras con ella pero al parecer su voz sonaba arrepentida, ahora.
- ¿Por que me odias tanto?- hablé confundida
- Yo no te odio a pesar de que mis acciones demuestran lo contrario pero créeme, todo lo hago por amor- habló mientras miraba al suelo.
- ¿Amor a quien?- pregunté confundida
- Alan- susurró apenada y mis ojos se abrieron rápidamente
- Todo esto lo has hecho por él?- pregunté estupefacta
- Yo solo quería un poco de su cariño y ésta era la única manera de que me tomara en cuenta - dijo arrepentida mientras mis ojos la analizaban para tratar de ver hasta donde era capaz de llegar.
- Estas equivocada