Víctor sonrió y dijo con tono conmovido mirando a la revista:
Después de todos los niños son una ternura, por ejemplo una bebita así debe tener loco a su padre ¿Verdad?
Sí, debería tenerlo loco...-estaba nervioso.
Yo me hubiera vuelto loco con una bebe como ella y no dejaría ni que me la miraran...
Víctor...
¿Qué?
Recordó la voz de su esposa, una voz chillona por cierto: “Si le dices algo a Víctor sobre el bebe, nuestro hijo saldrá gago, eso dice mi abuela, que a todos los padres habladores les salen los hijos gagos y a veces tartamudos...”. Tragó grueso, no podía concebir a su abogadito gago en la corte, se le espeluznó el cuerpo...
¿Qué me ibas a decir?
Qué, que es una dulzura esa niña.