Isobel.

¡Dios mío amo a Karina con todo mi ser!

London White acaba de decir que le gusto, que siente lo mismo por mí, no lo puedo creer

Siento que el pulso se me aceleró y que me tiemblan las piernas, pero, es que señor, este hombre me encanta de tantas maneras que no puedo ni disimular todo lo que ocasiona en mí.

Siento que me estoy quedando sin aire, dios, tengo que aguantarme las ganas de salir corriendo y gritar de la emoción.

¿Qué esperas para responderle? ¡No seas tonta y dile algo!

Estoy pasando más vergüenza de la que he pasado en mi vida entera.

—¿Lo dices en serio? —¡vamos Isobel! ¿no se te ocurrió decirle algo mejor que eso?

—Me alegra que hayas estado hablando con Karina al respecto, de lo contrario creo que jamás me habría dado cuenta de tus sentimientos. —Me sonrió. Vamos, deja de sonreír, haces que me enamore más de ti.

—Sabes que soy un poco reservada, sobre todo bastante tímida ante este tipo de situaciones. —Me acomodé el cabello detrás de mis orejas, estoy más que s