Yelina se permitió leer la carta que le había entregado su madre, y al comprender que las palabras escritas por su esposo eran sinceras tomó la decisión de volver a su lado, pero antes tenía cosas que arreglar. Estaba confundida por lo mal que había actuado en las últimas semanas, ella no pretendía hacerle daño a nadie, pero todo lo que sucedió despertó en ella el instinto de defenderse ante el sexo opuesto. David quería conquistarla y estaba haciendo hasta lo imposible por lograrlo, pero Yelina aún no le comentaba que era casada y peor aún que ya había decidido darle una segunda oportunidad a su matrimonio. Le marcó a su móvil y en cuanto le respondió dejo.
—David tenemos que hablar lo antes posible, es muy importante.
—Está bien, te invito un café por la tarde y si quieres puedo pasar a recogerte voy a estar cerca de tu casa para esa hora.
—¿Y si me mejor nos vemos para el almuerzo? —sugirió ella.
Yelina y David se encaminaron hacia un restaurante que estab