Amaranta fue a su habitación, fue al baño, y bajo la lluvia artificial cerró los ojos, venía a su mente las palabras de Salvatore, sentía su corazón estrujar se, también recordó las palabras de el enmascarado y sentía su piel erizarse.
Ese juego de seducción se le salió de las manos, no podía estar con ese hombre pues no sabía quién era y esperaba un hijo de él, no podía estar con Salvatore, por esa misma razón, el bebé en camino.
— Dios, que locura, que locura hice.
Amaranta se maldecía mentalmente, por no ponerse límites.
Salió de ahí se cambió y maquilló dejo a sus pequeños con Sun-Hee y salió
Llegó al IMPERIAL CLUB colocó su máscara y paso a la barra.
— Esto es para la mujer enmascarada.
— Gracias.
Caminó sintiéndose en el aire, cada paso que daba era como si estuviera flotando.
— No se que pasará hoy, pero si no revelamos nuestra identidad no le diré nada de mi hijo. — Se dijo así misma en un susurro.
Llegó a la puerta de la sala VIP, cerró los ojos, y pasó la llave electrónica