Alessia:
Un mes después de la extraña visita de aquella mujer egipcia, me encontraba sentada con Kyla en la entrada de mi tienda, cuando lo vi venir.
Se me tambaleó el corazón y me temblaron las piernas.
Su cabellera plateada resaltaba por debajo de la capucha y manto que vestía, llegó hasta mí, y yo jadeé.
—Kyla, cariño. Ve con tu tía. Nos vemos mañana.- le dije a la niña y ella corrió de regreso, obediente mente.
Recorrí con la mirada el contorno del recién llegado, y él dejó caer su capucha, mostrándome su rostro.
—Assian.- susurré.- ¿ Cómo llegaste hasta aquí?
—Partí en cuanto la egipcia nos dio noticias tuyas, sin embargo me ha tomado el doble del tiempo que creí llegar hasta aquí . Veo que es cierto lo que nos contó y eres prisionera de nuestro enemigo, pero…¿es cierto que también eres su esposa?
Una terrible resequedad se apoderó de mi garganta. Assian estaba notablemente enojado.
Miré rápidamente los alrededores, y no había nadie cerca, solo el ciego que se sentaba a mendigar