Un plan de vida 

vamos a rebobinar, tal vez esto no es tan terrible como parece, tal vez y todo no es más que una tontería y puedo salir bien librada de ello, podría decir que es un sueño y que solo debo despertar, podría decir que es producto de mi imaginación y ya está, pero hasta ahora me he golpeado a mí misma, me he lanzado una terrible taza de agua fría en el rostro, me queme la lengua con aquel café, pero mi excusa, es que no tenía idea que estaba caliente y si eso no fuera poco también me pellizque, pero nada, no he logrado despertar, sigo aquí, incluso después de aquel desmayo que solo logro hacer un desastre en este lugar, esto es terrible, tanto así que ahora solo decidí quedarme encerrada en esta habitación mientras según muchos estoy recuperándome, y yo solo estoy aquí intentando poder entender como haré para sobrevivir después de mi terrible final 

—Señorita, ¿Qué tal un poco de sol, el día está maravilloso…—Di un suspiro y observe a la mujer a mi lado, ella sí que es devota, no se ha separado un solo intente desde que desperté, esa mujer que lloraba con cara de hada que dice ser mi madre, solo estuvo aquí mientras lloraba y luego se marchó, no la he vuelto a ver, pero ella, la sirvienta, es la única que no me ha dejado un solo momento, es digno de admirar. 

—No quiero Anya, de igual forma no es real, de que vale hacerlo…—Di un largo suspiro, mientras Anya me observo de nuevo de la misma forma, estaba mujer, debe creer que estoy loca, lo comprendo, no hago más que decir que esto no es real, que no estoy en la realidad, pero la verdad es que más o menos así lo siento, no puedo hacer más.

Además, si tenía que reencarnar en un maldito mundo mágico o lo que sea, ¿Por qué carajos no lo hice en aquellos libros lindos? Uno donde soy la protagonista y crezco para ser mimada por un padre cachondo y sexi, y al ser grande sería la esposa de un príncipe o un Duque igual de cachondo, donde mi mayor problema es pensar es que color de vestido me pondré, o tal vez una de más de dieciocho con un hombre posesivo que me diga que soy suya mientras me domina por completo, pero no estoy aquí en una novela donde el protagonista es un maniático completamente destrozado por la guerra, además del hecho de que ni siquiera soy la protagonista, soy la jodida villana, aquella que muere en manos de ese hijo de puta porque claro ella es un impidiendo para vivir el gran amor que posee ese depravado psicópata por esa rompe hogares, como odio las amantes, como odio los hombres infieles, como odio todo aquello, más cuando mi madre murió en una sala del hospital con mi única compañía, después de estar rogando por solo un poco de atención de mi jodido padre, quien con su trabajo y su amante no pudo sacar un momento para ver a mi moribunda madre.

Otro largo suspiro y mi completa desolación, de verdad que parece hacer un clima completamente hermoso, ¿ahora qué hago? La verdad no lo sé, nunca he sido de aquellas que se ahogan en un vaso de agua, pero ahora ya no soy Naomi White, ahora soy la patética chica a la que su exnovio la quemo en internet, ahora soy edelweiss, la mujer aún más patética que morirá a manos de su esposo en el futuro, aquella estúpida que se aferró a ese hijo de puta desde que eran prometidos y lo acoso hasta el confín de los tiempos, recuerdo que había una breve explicación del por qué Vincent Maquenssy la odiaba, según aquello era debido a que Elizabeth, siempre se aferró a él de manera no sana, sin contar que nuca lo comprendió y por ello en cuanto él volvió de la guerra después de dos años se casó con Elizabeth y su relación no fue tan armoniosa, al ser Elizabeth una niña caprichosa y llena de miles de comportamientos impropios. 

Por esa razón cuando la protagonista de la novela llega a la historia, Vincent, era un hombre herido y sumergido en la sangre y los horrores de la vida, y ella llega como una luz a su vida siendo ella la persona que este ama con locura, pero Elizabeth al ver que aquella mujer había destrozado su terrible matrimonio, ella obviamente no reaccionaria de la manera más glamorosa del mundo y le hace la vida imposible, pero todo se desata cuando Vincent pide el divorcio y Elizabeth llena de odio y dolor ataca a la protagonista, la cual por cierto olvide su nombre y con ello esta muere, muere por qué ese cabrón, hijo de puta, la atraviesa con su espada, para proteger a al romper hogares que solo la llevo a la desgracia de una manera tan lamentable, en ello termina esta historia tan patética. 

—Ah… Esto no puede ser verdad…. No puede… Me volveré loca…—Di un grito que hizo que Anya diera un respingo al notar mi reacción, pero solo la ignore y di otro suspiro en el que me levante de la silla y observe a Anya, quien parecía sorprendida. Ya que por fin me levantaba de este malnacido lugar. —¿Señorita? ¿Ocurre algo? —¿Crees que me voy a dejar ganar de esa forma?. Al carajo esa mujer, yo no voy a morir, no lo voy a hacer de esa manera, la vida me ha dado otra oportunidad por así decirlo y yo no estoy dispuesta a perderla…

—¿Sí? ¿Señorita, quiere que llame de nuevo al doctor? —Si ella cree que estoy loca, pero no importa, solo la ignore y camine llena de afán hacia el escritorio que tenía frente a mí, mientras Anya me seguía de cerca, pero no importaba ahora tenía que crear un plan, ahora tenía que saber qué hacer. Por esa razón, cuando inicie mi plan en la hoja todo se veía de una manera más clara, lo primero que debía hacer era solicitar el fin del compromiso, estaba más que claro que mis padres, aquellos que solo actuaban para aparentar ser buenos padres y solo se preocupaba por ellos, no me ayudarían, más cuando estar bajo un compromiso y un futuro matrimonio con el gran Duque les traerían muchos beneficios, pero si había alguien que podía acabarlo, uno que no lo hizo mucho antes seguramente la obsesión de Elizabeth, pero ahora que no hay tal cosa él podrá dejar de lado nuestra vida. 

Lo segundo será ser una persona autosuficiente, pues planeo irme lejos, lo más lejos posible, en esta libro según tenía entendido el escritor perezoso que no tenía una gran imaginación no me dejo muchas posibilidades para escapar, pero encontraré un medio, además de que necesito dinero, mucho dinero, pues no viviré en la calle como una mendiga, además de tener tres años antes de que la historia original comience, pues si no estoy mal, en un año Vincent se irá a la guerra y con ello estará lejos dos años al llegar será la boda y con ello iniciará la historia original, por lo que en esos tres años yo me dedicaré a hacer dinero, tanto como sea posible y con el compromiso terminado y siendo millonaria, yo poder tener mi final feliz, al carajo la vida, al carajo Dios, yo seré la dueña de mi propio destino, no el de un escritor de m****a que no tiene idea de escribir con decencia.

—Si… Al carajo…—Golpe con la palma de mi mano el escritorio, en lo que Anya me observo con sus ojos llenos de sorpresa y juro por dios que le vi la intensión de querer correr por el doctor, pero yo solo le sonreí con tranquilidad y hable en medio de un suspiro para verme más delicada, algo que era más que imposible, después de todo lo que me ha visto hacer. 

—¿Deberíamos dar ese paseo? El día está hermoso…—Vamos, no crearás que estoy demente

—¿de verdad? — Es una muy buena elección, mi señorita, le traeré un buen abrigo para que no se enferme de nuevo— Y con ello, la sirvienta solo corrió hacia uno de los armarios del lugar y trajo consigo un enorme abrigo blanco que de verdad me sorprendió al ver el grosor, no creo que haga tanto frío en el lugar, pero qué más puedo hacer. 

Tanto así que creo que era la razón por la que todos los sirvientes del lugar me observaban como si fuese una pintura en un museo y debieran descifrar otros como una niña con cáncer que estaba terriblemente enferma, pues cada expresión variaba según la persona, es terrible esto en verdad que no me agrada para nada, más cuando tenía que lidiar con ello a cada paso, por esa razón no deseaba salir del lugar por esa razón solo queria dormir y comer en la malnacida habitación, pero entonces mis pensamientos cambiaron cuando observe la hermosa vista que estaba frente a mí, según el libro este lugar, aquel donde había crecido Elizabeth tenía una belleza digna de admirar, una que se ve tan irreal, una que se puede sentir y percibir en cada poro de tu piel, una que era sin duda real como este mundo, como el otro, como todo, puedo verla ahora, ante mis ojos esto era otro mundo, otro completamente diferente, sin duda alguna estaba en un libro, los árboles, las flores e incluso mariposas, todo era precioso, tanto así que camine llena de armonía y admiración por cada uno de los jardines, admirado todo lo que se posaba frente a mí con la convicción de que todo era posible.

—Veo que has salido de tu habitación, eso podemos tomarlo como algo bueno al fin y al cabo…

—y entonces él estaba allí, aquel con su cabello rubio que se movía con el viento, sus ojos azules como el zafiros, mientras su rostro y cuerpo a pesar de su edad era digna de admirar, cuando el escritor detallaba la belleza de este chico como una belleza sublime, yo solía pensar que no era más que exageración, pero era verdad, este hombre sí que se ve hermoso, completamente digno de admirar.

—Su majestad el Duque, bienvenido…—En tu cara perro a si se debe saludar, incluso hice una reverencia, pero él parecía sorprendido, pues al parecer la antigua, Elizabeth no lo saludaba de aquella manera ups, mi error.

—Nunca llegue a imaginar que tuvieses modales, eso es nuevo, además del hecho de no corre hacia mí como si fueses una mascota amaestrada…—Este hijo de puta, de verdad que lo odio ¿Cómo puedes hablarle así a tu prometida imbécil? Que falta de tacto, en definitiva, por lo que yo solo reí un poco e intente no ser tan seca, pues como siempre que necesito algo me comporto como un verdadero angelito.

—Me alegra verlo su majestad, la verdad es que estuve pensado en usted justamente hoy…

—Y todo el tiempo desde que vine a este mundo del carajo.

—Eso no es nada nuevo, ahora me pregunto ¿Qué puedo yo hacer por ti? Me imagino que deseas una compensación por haber salido herida en mi mansión, además que imagino que saldrás con la mayor locura, que deseas, ¿un vestido? ¿Zapatos? ¿Joyas? Pide lo que desees, yo lo haré llegar a ti de inmediato, te compensaré bien por tus heridas, aunque he de decir que no pidas algo de mi tiempo, pues este es valioso y no puedo dártelo…—Mi rostro ahora podría compararse con el de un meme, de verdad que estaba sorprendida, ¿así es como intentas disculparte con tu prometida por haber salido herida en tu hogar? Mira nada más que hombre, tan no lo sé.

—En realidad… Quiero algo más su majestad…—De nuevo esa expresión, ya deja de verme de esa forma, no soy un perro a cuadros.

—¿Qué deseas? Ya te lo dije, mi tiempo es presiado—Fuiste tú quien vino aquí, yo no te busque, maldito, rarito. 

—No es así, su majestad, de hecho, es todo lo contrario, ya no quiero robar más su tiempo, ya no deseo verlo nunca más, quiero que terminemos… Que este compromiso se acabe de una buena vez…—Dije esto con mi mejor sonrisa, mientras escuchaba un grito ahogado de Anya quien estaba aún tras de mí, mientras que la mirada tranquila y sin expresión de Vincent se borró y cambio a una completamente sorprendida, en lo que yo solo rogaba di que sí, solo di que sí.

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