¿Acaso mi cuñada también adivinó lo que estábamos haciendo?
Sin embargo, no dijo nada al respecto. Solo se tapó la cabeza con la manta y siguió fingiendo que dormía.
Después de que terminamos, me acerqué lentamente al oído de Luna y le susurré: —Luna, eres mala. Si mi cuñada se despierta a mitad de todo esto, nos va a poner en una situación súper incómoda.
El rostro de Luna estaba todo sonrojado, su cabello estaba desordenado, y en sus ojos se podía ver un brillo indescriptible.
Respiró con dificultad y me dio un beso en la mejilla: —No pude evitarlo antes, no podía pensar en nada más. Pero ahora que me habia calmado, la verdad es que me da mucho miedo.
Ambas miramos al instante a mi cuñada.
Vimos que no sabíamos en qué momento había cubierto su cabeza con la manta.
Luna y yo nos quedamos sorprendidos por un instante, porque eso significaba que mi cuñada había despertado, y no quería escuchar ciertos sonidos, por eso había cubierto su cabeza.
Vi cómo el rostro de Luna se ponía rojo com