Aunque tenía buena tolerancia al alcohol, después de beber tanto, sus mejillas ya estaban enrojecidas y sus ojos vidriosos, mostrando signos evidentes de estar bastante ebrio.

Sin embargo, afortunadamente, Adrián vio que la situación no era buena y rápidamente hizo que su equipo cambiara las bebidas alcohólicas de alta graduación por cerveza con un contenido de alcohol mucho más bajo. De lo contrario, ¡Christian ya estaría completamente borracho en este momento!

¡Crac!

En ese momento, la puerta del reservado trasero se abrió y finalmente llegó Lucía.

—Lucía, has llegado—dijo Adrián aliviado. Sabía que Lucía había llamado a Christian hace un momento y también sabía que Christian tenía una buena relación con la familia Castro, así que se acercó rápidamente a recibirla.

Lucía echó una mirada rápida y vio el desorden en la habitación del reservado, así como a Christian medio apoyado en la mesa con los ojos enturbiados por el alcohol. Se sorprendió. —Adrián, ¿qué está pasando aquí? ¿Qué le