Adrián se quedó sorprendido y finalmente no pudo contenerse y le preguntó.

—No es nada...

No había mucho que decir entre Christian y Adrián sobre asuntos emocionales, así que Christian se sirvió otra copa de vino y bebió todo de un solo trago.

—Señor Christian, este licor tiene un alto grado de alcohol y tiene un fuerte efecto después de beberlo. Si sigues bebiendo así, te emborracharás fácilmente.

Adrián se lo impidió rápidamente.

Podía ver que Christian estaba preocupado por algo, pero no quería hablar de ello y no había nada que pudiera hacer Adrián tampoco.

—Si me emborracho, me emborracho. ¡La embriaguez disipa mil preocupaciones!

—¿No es eso bueno?

Christian sonrió amargamente y siguió bebiendo.

—Beba más despacio...

—Deja de preocuparte, ¡mejor bebo contigo ahora!

Adrián se sintió impotente y levantó su copa para acompañar a Christian en una copa tras otra.

Ring ring ring!

En ese momento, el teléfono móvil de Christian sonó de repente con un tono de llamada urgente.

Christian es