Capítulo122
— ¿También quieres ayudarme a hacer pipi? — Amanda intentó moverse, pero Jorge la sostuvo, llevándola hasta el baño y, sin dudar, empezó a ayudarla a bajarse los pantalones.

— ¡No, de veras no hace falta!

— Tienes la herida en el abdomen. Si te agachas, te dolerá. Déjame ayudarte. Además, ¿todavía te da pena con todo lo que hemos pasado?

Jorge arqueó una ceja, mirándola con picardía. Aunque lo que decía era cierto.

Ella había perdido su pureza en aquel terrible entonces, y él fue quien la ayudó a vestirse y asearse después de aquel horror. También habían compartido momentos íntimos en los que ella lo había ayudado con sus necesidades.

No habia resquicio a ese tipo de miramientos.

Pero, aun así, Amanda se sentía muy avergonzada.

— Si te da vergüenza, cierra los ojos. Cuando me dispararon, tú fuiste quien me cuidaste, ¿recuerdas?

— Yo… de veras puedo sola.

Amanda sentía su rostro arder, llena de vergüenza, pero Jorge no cedía y permanecía a su lado, sin intención de marcharse.

Su cara es
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