Capítulo 36
Si él hubiera seguido pujando y le hubiera regalado la pieza a Viviana, sería considerado como el héroe, o tal vez como el idiota que podría gastar una fortuna con tal de sacarle una sonrisa a su amada. Pero, al final, no consiguió el bordado, y encima este terminó en manos de su exnovia. ¡Qué mala suerte la que llevaba!

Lucas, furioso, regresó a su palco y de inmediato ordenó a su secretario que investigara ese tal mal llamado salón de honor que estaba en la sala contigua.

—Señor… no hemos encontrado nada acerca de esto.

Lucas entrecerró los ojos. En toda la capital, solo unas pocas familias tendrían ese tipo de poder, solo de hecho las familias que estuvieran al nivel de los Cardenal. Si dedicaba un poco de tiempo, seguramente lo averiguaría.

—Te doy solo tres días. Si no lo descubres, puedes poner tus cosas en una caja y largarte de aquí.

Lucas no disimulo su enfado.

—¿Crees que la señorita Amanda irá a la sala a agradecer? Dime, ¿qué puede hacer una mujer que recibe un regalo de v
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