29. Posesión
Capítulo 29
Nathaniel seguía de pie, inmóvil, frente al pasillo vacío por donde se había marchado Jazmín… o Cassandra, como insistía en llamarse.
Su pecho subía y bajaba con lentitud. En sus ojos, una tormenta sin nombre.
—¿Señor Luther? —dijo George, apareciendo con cautela, con esa mirada de quien había aprendido a moverse con sigilo en tiempos de furia.
Nathaniel no respondió de inmediato.
—Se está por iniciar la subasta… —agregó George con voz más baja—. Tal vez… deberíamos retirarnos, no se ve bien. Ya fue suficiente por hoy.
—No —respondió Nathaniel, la voz áspera como piedra.
George dudó.
—Señor…
—Necesito ir —dijo Nathaniel con una calma tan tensa que helaba la sangre—. Llévame al lugar de la subasta. Ahora.
George asintió sin rechistar, sabía que era inútil.
Cuando ambos volvieron vieron que el salón estaba más vibrante que nunca. El murmullo se elevaba como un enjambre excitado mientras la subasta por la Colección Fénix daba inicio. Las vitrinas, ahora vacías, eran reemplaza