Antes de que pueda preguntar a qué se refiere, Julian abre la puerta del coche y baja de un salto, dejándome cada vez más confundida.

Decidiendo imitarlo, abro la puerta del coche y voy detrás de él, mientras que aquellos miembros de su manada que nos escoltaron se quedaron bajando el equipaje.

Con paso lento Julian sube las escaleras hasta el recibidor de su hogar, abriendo la puerta para mi y permitiendome entrar en la casa.

Tal y como esperaba, la decoración del interior es similar a la del exterior, hermosos muebles con un toque ligeramente anticuado, nada ostentoso, algunos cuadros y alfombras por todo el lugar. En realidad su casa tenía un toque bastante… Cálido.

—Julian, mi amado hijo, has regresado —dice una voz desde la segunda planta de la casa, bajando las escaleras que están frente a nosotros.

Es cuando observo a una mujer de mediana edad, con un cabello oscuro similar al del Julian, quien cubierta con una bata, se acerca a él para darle un abrazo, ignorándome por completo