*** FLASHBACK ***
Era uno de esos días en que el trabajo me rebasaba. Quería pasarme por la oficina de Mario porque tenía una semana que apenas lo había visto. Llegaba a casa cuando estaba ya dormido y al día siguiente despertaba cuando él ya se había ido.
Con el pretexto de ir al baño, me escapé de una junta para visitarlo, pero no había nadie. Me pareció de lo más extraño porque el casi no hacía trabajo de campo, pero procuré no darle mayor importancia. Regresé a mi reunión que se alargó un par de horas.
Al volver a mi oficina, estaba molida y la cabeza me iba a estallar. Lo primero que vi al entrar fue un hermoso ramo de tulipanes blancos y rojos. Sonreí y hasta el dolor se me olvidó. Eran mis flores favoritas, así que supuse que mi marido había pensado lo mismo que yo y también me extrañaba. Tomé la tarjeta que acompañaba al ramo.
“Me parece ejemplar tu dedicación al trabajo, pero no vayas más allá de tu salud. Espero que este ramo te alegre la tarde y las pastillas alivien tu str