Capítulo 70: Boda en ruinas.
La marcha nupcial sonó nuevamente y Mariana se giró con entusiasmo para ver a su media hermana en medio de su humillación. Las expresiones de asombro de los invitados no se hicieron esperar al tiempo en que Leonardo mostró aquella hermosa sonrisa de orgullo y satisfacción. Maximiliano se llevó una de sus manos a sus labios, y el rostro de Mariana cayó en una mueca de ira incontenible. Renato miró con anhelo a aquella mujer y por un momento sonrió al imaginar que ella caminaba sola hacia él.
Sola, en medio del pasillo y con aquel vestido manchado de rojo en sus manos. Arianna caminaba con aquel porte de diosa ataviada en un hermoso vestido blanco en corte sirena que estaba decorado con diamantes reales en él. Su largo velo de encaje y seda desfilaba a su ritmo, y su largo cabello castaño caía como cascada en aquel sencillo pero hermoso peinado. Su maquillaje era delicado; perfecto para resaltar sus facciones, y su hermosa sonrisa mostraba satisfacción al mirar a su casi esposo esperando