98. Necesito que lo liberen
Samira
No esperaba que mi regreso a la mansión fuese por una situación como esta, pero lo cierto es que tengo los nervios de punta mientras me bajo con los pequeños, gracias a alá, no tengo ni que tocar la puerta pues esta se abre antes que incluso pueda llegar a levantar la mano y al inclinar la cabeza me encuentro viendo de frente a un muy sorprendido Said.
Nuestros ojos se encuentran y veo cómo él va bajando la mirada hacia el pequeño que llevo en brazos y luego hacia el que agarro de la mano y por la forma en que su rostro palidece me preocupa que vaya a desmayarse en cualquier momento.
—Ni se te ocurra desmayarte, no puede ser esa la primera impresión que le das a tus sobrinos—le digo y con eso consigo que sus ojos estén nuevamente en los mios.
Pero, si con eso intentaba calmar su impresión, el resultado es todo lo contrario, pues ahora creo que a Said está por darle un infarto.
—Mis… ¿Mis sobrinos?—me dice y lo veo inclinarse cobre Malek que está en mis brazos, antes de solt