Sasha
Un silencio helado cae sobre el claro.
Dante suelta un gruñido amenazante, su cuerpo temblando bajo la rabia contenida.
Adrian, por su parte, no dice nada, pero su aura se vuelve más opresiva, más afilada.
Isaak se regocija en el caos que acaba de sembrar.
— Explícate, suelto, mi voz más fría que un viento invernal.
Se acerca lentamente, cruzando la distancia entre nosotros hasta detenerse a unos centímetros.
— Es simple, susurra. Vienes conmigo, y spare el resto de tu manada. Rechaza... y esta noche será la primera de una matanza.
Deja que sus palabras floten, luego añade, con un tono burlón:
— Te gusta estar en el centro de atención, ¿verdad?
Inspiro profundamente, intentando mantener la calma.
Él me está poniendo a prueba. Quiere ver hasta dónde estoy dispuesta a llegar.
Dante avanza un paso.
— Puedes irte al infierno, Isaak.
Isaak ni siquiera lo mira. Está concentrado en mí, como si mi respuesta fuera lo único que importara.
Adrian finalmente se mueve, avanzando con un paso fluido, casi perezoso.
— Sasha no va a ninguna parte contigo, dice, su voz un susurro amenazante. Y si valoras tu vida, te darás la vuelta.
Isaak estalla en risas.
— ¿De verdad crees que puedes amenazarme, vampiro?
Adrian no responde. No necesita hacerlo.
El aire a nuestro alrededor se carga de una energía oscura.
Isaak lo siente, y por primera vez, su sonrisa vacila ligeramente.
Chasquea los dedos.
En un abrir y cerrar de ojos, sus hombres se mueven.
Los vampiros y los lobos que lo acompañan se lanzan sobre nosotros, colmillos y garras desenvainados.
La batalla estalla.
No tengo tiempo para pensar. Me transformo en pleno movimiento, mi pantera saltando con una fuerza devastadora sobre uno de los atacantes.
Dante grita, lanzándose sobre dos lobos con la garganta al descubierto.
Adrian, por su parte, es un torbellino de sombra y furia. Sus movimientos son de una precisión mortal, cada golpe llevando una fatalidad implacable.
Pero Isaak no se mueve.
Sigue mirándome, incluso en medio del caos.
Y de repente, desaparece.
Mi corazón se detiene un latido.
— ¡Sasha, detrás de ti! grita Adrian.
Me doy la vuelta demasiado tarde.
Isaak está allí. Demasiado cerca.
Un destello de dolor explota en mi cuerpo mientras sus garras perforan mi piel.
Lo último que oigo es el rugido de rabia de Dante y el grito desgarrador de Adrian.
Luego todo se vuelve negro.
Dante
El rugido que sale de mi garganta no tiene nada de humano. No es solo una simple ira, es una rabia primal, animal, devastadora. Saltó hacia Isaak, listo para arrancarle la cabeza, pero él retrocede un paso, su sonrisa arrogante aún pegada a sus labios.
Sasha se desploma en el suelo, sangre fluyendo entre sus dedos mientras intenta contener la herida abierta en su costado.
— Da un paso más, Moretti, y le cortaré la garganta.
Mi respiración se detiene.
Isaak tiene a Sasha entre sus brazos, su mano cerrada sobre su delicada garganta. Se movió demasiado rápido, demasiado precisamente. Ese bastardo sabía exactamente cómo golpearnos.
— Suéltala, gruñe Adrian con una voz helada.
Está a unos metros, inmóvil como un depredador listo para atacar. Su mirada de obsidiana es una promesa de muerte.
Pero Isaak se regocija.
— Oh, la soltaré... Cuando tenga lo que quiero.
Aprieta un poco más su agarre, y un escalofrío me recorre al escuchar a Sasha ahogar un gemido de dolor.
Mi instinto grita que lo ataque, pero sé que sería estúpido. Él es rápido. Demasiado rápido.
Apreto los puños, mi visión nublada por la furia.
— ¿Qué es lo que quieres, Isaak? escupo.
— Ya te lo he dicho. Él acaricia la mejilla de Sasha con la yema de los dedos, y un rugido de adrenalina me atraviesa. Ella. Yo. Saliendo de aquí, juntos.
Sasha intenta luchar, pero su cuerpo está debilitado. La sangre se acumula en el suelo bajo ella.
— Ve al infierno, escupe a pesar de todo.
Isaak ríe, una risa ligera, casi divertida.
— Adorable. Pero realmente no tienes elección, hermosa.
La atrae un poco más contra él, y esta vez, es Adrian quien pierde la paciencia.
Se mueve tan rápido que apenas lo veo. En un latido de corazón, está sobre Isaak.
El impacto es brutal.
Sasha es lanzada de lado mientras Adrian e Isaak se estrellan contra el suelo en un rugido sordo.
Me apresuro hacia ella, deslizándome sobre mis rodillas para recogerla antes de que caiga duramente al suelo.
— Sasha, maldita sea, ¡mantente conmigo!
Su respiración es corta, entrecortada. Sus párpados parpadean, y veo en sus ojos que lucha por mantenerse consciente.
— Dante... su voz es un susurro.
— Shh, no hables. Te sacaremos de aquí.
Pero a nuestro alrededor, es un caos de garras y colmillos.
Los lobos y vampiros de Isaak todavía están allí, luchando contra los nuestros. La sangre fluye en el aire, el olor metálico volviendo mis instintos aún más salvajes.
Levanto la vista hacia Adrian e Isaak.
Están inmersos en una lucha a muerte.
Adrian es más poderoso, más feroz. Pero Isaak es astuto. Evita cada golpe con una precisión diabólica.
Y luego, de repente, Isaak salta hacia atrás y chasquea los dedos.
Los suyos reaccionan de inmediato.
En un abrir y cerrar de ojos, una explosión de luz deslumbrante ilumina la noche.
Una granada destello.
Mi visión se nubla, un sonido agudo perfora mis tímpanos.
Y cuando parpadeo, Isaak ya no está.
Ha desaparecido.
Con sus hombres.
Y nos ha dejado en sangre.
Capítulo 1 - La noche de los depredadoresSashaLa noche huele a ceniza y a sangre.Avanzo por los callejones oscuros de la ciudad, con el olor a humedad pegado a mi piel. Mi corazón late con un ritmo frenético, no por miedo, sino por ira. Esta noche, mi padre quiso sellar mi destino con un anillo y una alianza que no me pertenece.—Tienes que pensar en la manada, Sasha.—Un alfa no elige a su pareja por amor, sino por deber.Sus palabras siguen resonando en mi mente, quemando mi alma más intensamente que las llamas de una guerra. La manada Morvan ha reinado sobre esta ciudad durante décadas, imponiendo su ley a otros clanes, a los humanos, a todos los que se atreven a oponerse. Y yo, como hija del alfa, supuestamente debo perpetuar esa supremacía. Se espera que me case con un hombre al que no amo, que tenga sus hijos, que fortalezca alianzas sometiéndome a tradiciones que ya no significan nada para mí.Pero no soy una moneda de cambio. No soy una princesa vendida por el bien de un im
Capítulo 2 – Pacto de Sangre y LunaSashaHay algo en él que me atrae. No es solo su aura, ni la emoción del peligro que representa. Es algo más profundo. Más antiguo. Un eco que no comprendo, pero que no puedo ignorar.—¿Tienes un deseo suicida, vampiro? —pregunto con voz tranquila, aunque cargada de advertencia.Se ríe. Un sonido grave y dulce que se desliza por mi piel como una promesa prohibida.—Si ese fuera el caso, no arruinaría mi última noche con una lobita como tú.Maldito arrogante.—Alvero, ¿qué haces aquí? —respondo con los ojos entrecerrados.No contesta de inmediato. Se incorpora con una gracia sobrenatural, alejándose del muro con movimientos lentos y elegantes. Se acerca lo suficiente como para que pueda ver el brillo hipnótico de sus ojos.—Tal vez tenía curiosidad —dice al fin, con un tono casual—. O tal vez me gusta observar a los lobos que no parecen cómodos con su propia piel.Sus palabras me golpean. Demasiado acertadas. Mi rostro permanece impasible, pero por d
Capítulo 3 – Entre sangre y fuegoSashaDante Moretti no es solo un lobo. Es uno de los secuaces más temidos de mi padre, su brazo derecho en los asuntos más oscuros. También es mi futuro esposo… al menos si mi padre consigue lo que quiere.Dante es todo lo que un alfa debe ser: fuerte, despiadado, obediente. Nunca cuestiona las órdenes. Nunca duda.Pero esta noche, en su mirada veo algo más. Algo más oscuro.Celos.—Sasha —dijo con un tono bajo, contenido.Me obligo a mantener el rostro neutro, aunque ya sé que esta reunión va a acabar mal.—¿Qué haces aquí, Dante?Su mirada se detiene en Adrián un segundo demasiado largo antes de volver a mí.—Debería hacerte la misma pregunta. Aunque yo no tengo nada que esconder.Su voz corta como una cuchilla. ¿Qué cree? ¿Que me estoy revolcando con un vampiro en un callejón oscuro?... Mierda.Es exactamente lo que parece.—No es lo que piensas —empiezo a decir.—¿Ah, no? —Se acerca, y puedo sentir su energía vibrar contra mi piel—. Entonces exp
Capítulo 4 – Juegos de poder y deseos inadecuadosSashaDebería irme.Debería darme la vuelta, marcharme a casa y olvidar todo esto.Pero no me muevo.La mirada de Adrián me atrapa, penetrante, insondable. No hace ningún gesto brusco, pero su mera presencia llena el espacio, como si pudiera envolverlo todo con la noche.—Estás muy callada, Louve.Su tono se burla, pero hay algo más detrás de sus palabras. Una curiosidad real.—Y tú, en cambio, eres invasivo, vampiro.Dibuja una sonrisa lenta, calculada.—Ya me lo han dicho.Da un paso hacia mí. Instintivamente retrocedo. Mal reflejo. Su sonrisa se amplía, depredadora.—¿Me tienes miedo, Sasha?Mi nombre resbala por su lengua como un susurro prohibido, y me afecta más de lo que debería.Enderezo mi postura.—Ni en lo más mínimo.—Miéntele otra vez y puedo probarlo.La diversión baila en sus ojos, pero sé que me está poniendo a prueba. Quiere ver hasta dónde estoy dispuesta a llegar, hasta qué punto soy capaz de enfrentar a alguien como
Capítulo 5 – Entre dos lucesSashaAdrián se da cuenta. Un destello de satisfacción cruza su mirada.Dante también lo ha visto.—Sasha...Su voz ha cambiado. Ya no está solo enfadado. Hay algo más, algo que me rompe aún más al escucharlo: una herida cruda.Aparto la mirada.—No es lo que piensas.Dante niega con la cabeza.—Entonces dime qué es.Permanezco en silencio.Porque no tengo una respuesta.Adrián se endereza, su expresión vuelve a la compostura habitual.—Fascinante, de verdad —dice, su mirada clavándose en Dante—. Pensaste que habías ganado, ¿verdad?—Lárgate, Adrián.—Con gusto —esboza una sonrisa irónica—. Pero volveré.Se vuelve hacia mí, y por un instante, su mirada se suaviza.—Porque tú quieres que vuelva.Luego se pierde entre las sombras.Me quedo congelada, con el corazón latiendo como si quisiera romperme por dentro.Dante no se mueve.Después de un instante que se siente eterno, susurra, con una voz apenas audible:—Dime que no es cierto.Pero no puedo.El aire e
Capítulo 6 – Al borde de la tentaciónSasha—No tienes que decirme lo que quiero, Dante.Su mandíbula se tensa, los músculos de su cuello se marcan con furia contenida.—¿Entonces es verdad? —su voz corta como una cuchilla—. ¿Eso es lo que quieres ahora?No respondo.Porque, en el fondo, no lo sé.Y esa incertidumbre es más peligrosa que cualquier mentira.Dante exhala con violencia, un rugido contenido que llena el aire. Da un paso atrás, y su ausencia repentina me deja helada.—He luchado por ti, Sasha. Me he desangrado por ti. ¿Y ahora dudas?Sus palabras me atraviesan, desgarrando lo poco que queda de mis defensas.—No es solo eso... —murmuro.—¿Entonces qué es?Su voz ya no lleva ira. Solo desesperación.Pero antes de que pueda abrirme, de que logre reunir las piezas rotas de mi corazón, un sonido irrumpe en la tensión.Un aplauso lento, cargado de sarcasmo.Giramos al mismo tiempo.Apoyado con indiferencia en el marco de la puerta, con una sonrisa burlona en los labios, está Adr
SashaNo debería dejarlo quedarse.Pero no me muevo.Adrian está justo frente a mí, tan cerca que siento la fría fascinación de su aura. Su mirada es intensa, ardiente de una emoción que no quiero nombrar.— ¿Por qué has venido? mi voz es baja, casi ronca.Su sonrisa se estira lentamente, una mezcla de provocación y promesa.— ¿Por qué crees?Da un paso hacia mí, y me contengo de retroceder. Sería mostrar debilidad, y frente a él, no puedo permitírmelo.— Estás jugando un juego peligroso, Adrian.— ¿Y tú, Sasha? Su voz es un susurro, una caricia helada sobre mi piel. ¿Crees que soy el único que corre riesgos aquí?Su dedo se desliza suavemente por debajo de mi mentón, obligándome a elevar la mirada hacia él. Su toque es ligero, casi irreal, pero siento su efecto como una quemadura.Debería empujarlo.Pero no lo hago.— Suéltame.— Mentira.Un aliento. Un destello de segundo donde veo en sus ojos un brillo peligroso, el de un hombre que ya ha ganado antes de que la pelea comience.Lueg
SashaMe quedo paralizada.No es un desconocido.— ¿Dante?Se da la vuelta lentamente hacia mí, sus ojos dorados brillando en la noche. No parece sorprendido de verme.— ¿Me sigues ahora? Su voz es calma, pero hay una tensión subyacente.— Te sentí. Entrecierro los ojos, sintiendo algo extraño en su aura. ¿Cazas?No responde de inmediato.— Sí.Su mirada no se aparta de mí, y un escalofrío recorre mi espalda.— ¿Un vampiro?— Sí.Me enderezo, desconfiada.— ¿Desde cuándo cazas vampiros solo, Dante?Una sonrisa fría roza sus labios.— Desde que una cierta sanguijuela empieza a rondarte.La celosía atraviesa su voz, cruda, incontrolable.— No es tu problema.— Sí, lo es. Da un paso hacia mí, su mirada ardiendo de ira contenida. Eres parte de nuestra manada. Eres parte de mí, Sasha.Aprieto los puños.— No. Soy libre.Su mirada se oscurece, y durante un instante, creo que va a explotar.Pero en su lugar, suspira y aparta la mirada.— Sasha… Su voz es más suave esta vez. Sabes muy bien lo