Al ver aquel collar familiar, las lágrimas comenzaron a caer sin que me diera cuenta. Samantha y Estela se asustaron al verme llorar.
—Camila, ¿qué te pasa?
—¿Qué tiene de especial ese collar? ¿Puede curar enfermedades o tiene algún tipo de magia? —Samantha rápidamente me llevó a un lado.
—Este collar de diamantes rosados es un verdadero tesoro, y con tres quilates es realmente excepcional. Es normal que a la señorita le guste, ¿por qué no lo prueba? —El dueño de la tienda, un hombre de mediana edad, nos sonreía.
Respiré hondo, tratando de controlar la mezcla de emociones que sentía.
—Disculpe, ¿podría decirme quién vendió este collar a su tienda?
En este tipo de joyerías de alta gama, la mayoría de las transacciones son de segunda mano, y sé que registran la información de los vendedores. Necesitaba averiguar si Karla o Daniel habían vendido el collar.
—Señorita, todos los artículos en nuestra tienda están documentados y comprados a través de canales legales. Siempre son bienvenidos l