Katty Benger
Un chico alto, de espalda ancha y con el porte de un macho alfa entró en el edificio.
Todas nos quedamos mirándolo. Su mirada era intimidante, y la forma en que pasaba sus dedos por los labios resultaba increíblemente atractiva. La recepcionista, Alice Jane, ni siquiera prestó atención a lo que él decía. Su mirada estaba completamente perdida en este joven. Hasta yo tuve que mantenerme firme para evitar que mis rodillas temblaran.
Él chasqueó los dedos, y Alice, con voz temblorosa, logró tartamudear una pregunta:
—¿Por... por quién preguntas, joven?
—Jack Bill. Dile a tu presidente que Kelvin Piers lo está buscando.
Era un joven de una familia muy influyente. Los Piers eran dueños de numerosos bares y negocios clandestinos en Katere. Eran conocidos por todos, y nadie se atrevía a intimidar a uno de ellos. Hacerlo significaba una sentencia de muerte. Los Piers eran poderosos, y si además tenían al presidente Jack Bill de su lado, quien se atreviera a molestarlos, estaba aca