Capítulo 6.

No entiendo la razón, pero cuando veo al señor Casady sonriendo de esa forma, mi corazón comienza a palpitar muy rápido, ¡El maldito es muy guapo!

Las revistas del corazón que hablan de famosos no se equivocan, el señor Casady es el soltero más guapo de la ciudad, es una m*****a locura que me haya besado…

—Mi Luna es feroz, muy interesante —dice él, tocando su labio el cual sangra ligeramente.

—Señor Casady discúlpeme, aquí tiene, no manche su traje por favor —lo más rápido que puedo le doy un pañuelo de papel, intentando detener el sangrado de su labio.

¿Qué me pasa? ¿Cómo me atreví a golpearlo? ¡Soy una idiota!

—En verdad lo lamento, señor. Yo no… Solo me sorprendí demasiado cuando usted…

—Eres graciosa, ¿Acaso no recuerdas lo que hicimos juntos en mi oficina esa noche? —pregunta él.

Yo me quedo en silencio, ¿Acaso está hablando de esa noche en su oficina cuando él y yo nos encontramos por primer vez? ¡Creí que él estaba tan ebrio que no lo recordaba!

En medio de la sorpresa que siento por todo lo que ocurre, siento que el señor Casady se acerca nuevamente a mí, inclinándose sobre mi asiento en el coche, y tomándome de la cintura con suavidad.

—¿Acaso no lo sientes? La atracción que hay entre nosotros es innegable, ¿Por qué deberíamos resistirnos tanto a algo que ya ha sido definido por el destino? —pregunta él, volviendo a lograr un estremecimiento en mi cuerpo.

Su rostro es bonito, con sus facciones masculinas, y esos ojos negros que ahora me parecen tan seductores… M*****a sea, estoy cayendo en su trampa.

No entiendo bien la razón, pero cuando lo tengo tan cerca de mí, oliendo su aroma el cual extrañamente es muy dulce… Me siento atraída hacia él, como un pequeño insecto yendo hacia la luz, el señor Casady es peligroso por que despierta un instinto que no había conocido en mí hasta ahora.

Deseo, lo deseo a él…

Ya sin poder negarme más, rodeo su cuello con mis brazos, y cerrando los ojos acerco mis labios a los suyos para besarlo. Quise hacer esto desde el primer momento cuando nos conocimos en su oficina, besarlo y abrazarlo de esta forma, se siente tan bien…

Las manos de mi jefe siguen posadas en mi cintura, mientras él me sostiene con firmeza y acerca mi cuerpo al suyo cada vez más, hasta el punto que nos unimos por completo. Siento su perfecto y musculoso pecho a través de la delgada tela de su camisa, chocando contra mis pechos, haciéndome sentir increíblemente bien. Abrazarlo se siente tan agradable, solo puedo imaginar lo bien que debe verse el cuerpo del señor Casady sin ropa…

Dejándome llevar por la pasión, entre abro los labios, dejando que el señor Casady me dé un beso extremadamente pasional, sintiéndolo cada vez más cerca, tan bueno que me hace suspirar…

—Rose… —él llama mi nombre sobre mis labios terminando el beso.

Una de sus manos baja por mi cintura hasta mis caderas, presionando mi cuerpo sobre la tela de la falda de mi traje, por alguna razón quiero que él continúe, que no se detenga solamente tocando ese sitio…

Pero cuando llama mi nombre, es como si lograra hacerme reaccionar, y eso me hace regresar a la realidad dándome cuenta de lo que estamos haciendo. Así que tímidamente pongo mis manos en sus hombros, empujándolo y separándolo de mi cuerpo, mientras mis mejillas ardían por la vergüenza.

—Por favor señor, tenemos que parar esto, no es correcto… —digo sintiéndome al borde de la locura por lo avergonzada que estoy.

¿En qué demonios estaba pensando? No solo le di un golpe, luego lo besé y abracé con tanta fuerza que mis pechos estaban… ¡No puedo creer que haya hecho algo como esto!

Una vez más, el señor Casady sonríe de una forma increíblemente seductora, y soltando mi cintura, regresa a sentarse de forma normal en el asiento del conductor de su coche.

—Si no quieres hacerlo, entonces no te forzaré —responde él con calma, volviendo a comer como si nada hubiera pasado.

Y aunque mi jefe puede estar completamente “tranquilo” después de todo lo que hicimos, yo no puedo fingir demencia, así que arreglando el saco de mi traje y aclarándome la garganta, pienso en lo que debería decir.

—Señor Casady, me siento halagada de que se sienta atraído por mí, pero yo no… No estoy interesada en una relación ahora —digo en voz suave, sin saber cómo dejar claros mis sentimientos.

Esto es difícil, nunca tuve una pareja sentimental, este fue mi primer beso. ¿Cómo podría dejarle en claro a este hombre que no quiero nada con él cuando ni siquiera estoy segura de que está pasando?

Me gustaría tener más experiencia en ese asunto de las “relaciones románticas” para poder hacer esto con más facilidad…

—¿En verdad? Por qué te estabas aferrando muy fuerte a mi hace solo un instante, parecías muy interesada —responde él, sin dejar de comer tranquilo.

—¡Eso no…! —muy avergonzada vuelvo a sonrojarme, mirándolo con pánico— Eso no fue correcto, usted es mi jefe, yo no debería…

—Como tu jefe te doy el permiso de salir conmigo, hablaré mañana con recursos humanos si es lo que te preocupa.

—Señor Casady por favor, estoy hablando en serio…

—Y yo también —dice él con un tono de voz algo extraño, girándose en mi dirección para mirarme con su rostro lleno de seriedad—. Hay cosas que no podemos evadir, como el destino que elige a las personas que amamos. La última vez esperé demasiado, y perdí lo que amaba, no cometeré ese error contigo. Te lo aseguro Roseanne, tú vas a ser mía.

—¿A qué se refiere? —pregunto muy confundida, ya que no comprendí ni la mitad de las cosas que mi jefe acaba de decir.

Sin embargo el señor Casady no me responde más, terminando de comer muy rápido, vuelve a encender el motor de su coche y vuelve a conducir en dirección a mi hogar.

Yo por el contrario he perdido el apetito por completo, así que no cómo ni un solo bocado más, aguardando de forma silenciosa, mientras permito que mi jefe me lleve a casa en medio de la noche obscura.

Aun me siento algo aturdida por todo lo que acaba de ocurrir, ¿Ser suya? ¿Qué rayos significa eso? Me gustaría seguir preguntando al respecto, pero no creo que sea apropiado, no cuando mi intención es alejarme de él lo más posible para no perder la cordura.

Tras un nuevo viaje silencioso, el cual en esta ocasión si es un poco incómodo, finalmente llegamos a mi casa, donde el señor Casady se detiene y abre la puerta de su coche para mí.

—Señor Casady, gracias por traerme y comprar la cena de mi familia —cuando logro tranquilizarme un poco, creo que es apropiado agradecerle, mirándolo a los ojos cuando bajo de su coche.

—¿Aquí es donde vives? —pregunta él mirando mi humilde hogar y la panadería que ya está cerrada.

—S… Si… —respondo algo tímida, ya que yo estoy consciente de lo pobre que se ve mi hogar— Mi madre quiere conocerlo para agradecerle por haberme contratado, puede pasar a cenar uno de estos días…

—Uno de estos días será.

Le doy una última mirada a mi jefe, y tomando todas mis cosas de su coche, planeo irme por fin y alejarme de esta endemoniada situación, sin embargo su voz una vez más me detiene.

—Y Rose, te pedí que me llamaras Jonah, ¿Lo olvidaste? —pregunta él con su voz calmada.

—Lo siento señor… Jonah —me corrijo con rapidez—, tenga una buena noche.

—Buenas noches, Rose…

Dándole una última mirada al atractivo rostro de mi jefe, prácticamente me voy corriendo hasta llegar al interior de mi casa, donde pongo una mano en mi pecho y noto que mi corazón sigue palpitando con mucha fuerza.

¿Qué está mal con mi jefe?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo