—¡Oh! Lo siento —dijo Criss que había asomado su cabeza a la oficina de Katherina y la vio gimiendo con Mía encima de ella succionando sus pezones. Se fue y cerró la puerta
—¡Oh! ¡Por Dios! ¡Qué vergüenza!
—¿Te coges a mi hermano?
—Nooooo —repondió Katherina horrorizada ante la pregunta de Mía
—¿y por qué demonios entra a tu oficina sí, sin llamar? creo que tienen demasiada confianza, además me habló maravillas de ti para que viniera a ver tu presentación.
—No sé por qué abrió la puerta sin llamar, creo que nunca imaginó que iba a estar cogiendo con su hermana y a todas estas, puedo cogerme a quien yo quiera y tú no tienes ningún derecho a reclamar nada, recuerda que fuiste tú quien se marchó sin decir nada, después de, d