Estoy temblando, no sé qué esperaba de Ónix, su reacción me ha dejado sin palabras; estoy segura de que está furioso y lo peor de todo es que todavía no le he dicho lo de su madre.
Me visto y tomo un poco de tiempo para maquillarme un poco, recojo mi cabello y salgo del cuarto de baño.
— ¿Por qué diablos le prometiste eso y sin consultármelo? — Es lo primero que me dice cuando entro en la habitación.
Se encuentra de nuevo de espaldas a mí, mirando por la ventana y a pesar de lo que acaba de pasar entre nosotros dos hace un momento, su cuerpo continúa tenso y diría que mucho más que antes.
— Te he dicho que no tuve otra opci&oac