Nala
Salgo de la ducha y me encuentro con la imagen de un inmenso e increíble hombre de cabello oscuro y espalda musculosa observando el jardín por la ventana de su habitación.
Entro al vestier y me pongo unas medias y un largo vestido negro de manga larga. Vuelvo a la habitación y encuentro a Ónix en la misma posición.
Quiero acercarme y abrazarlo, pero desde que llegamos no me ha dicho nada en absoluto y tampoco me ha preguntado sobre el trato que hice con Christos y empiezo a sentirme desesperada.
— Ella solo era una joven con unas increíbles ganas de comerse al mundo, o eso es lo que recuerdo, no la había visto en cinco años — Me dice sin volverse a mira