En la entrada de la cueva prohibida
Mientras un hombre grande y robusto camina en círculos en el lugar, poniendo de los nervios a las personas que lo acompañan, una hermosa mujer, de cabello oscuro y con porte de amazona, no para de reflexionar sobre lo que he sucedido desde hace algunas horas.
Alondra observa a Ónix e intenta descubrir como se siente con el hecho de que este vaya a ser padre con su nueva pareja.
Ella acaba de perder al bebé que esperaba sin saberlo, y enterarse de que su mejor amigo va a ser padre le ha generado demasiada angustia, sobre todo, porque no lo considera justo y tiene miedo de llenarse de resentimientos contra ellos.
— ¿Podrías dejar de moverte tanto? Me vas a marear — Le dice Alondra a un Ónix demasiado inquieto como para escucharla.
Ella levanta la mirada y se centra en el punto de la cueva que ha ignorado hasta el momento, donde su suegro, el p