Me alejo de Ónix y como si estuviese siendo parte de una hipnosis, me acerco al hombre que hace más de dos años lloré y que todavía lloro sin lograr acostumbrarme a su ausencia.
— Mi querida Nala, estaba esperando ansioso el momento en el que fin pudiera escuchar tu voz — Dice de inmediato Christos o mi padre, en este momento no logro entender nada de lo que sucede.
— Nala, él no puede ser tu padre, no eres inmortal — La voz de Alondra me distrae por un momento y un segundo después tengo frente a mí a mi padre, solo que su calor se ha evaporado y solo parece un ser frío, sin color.
— Lo ha hecho muy bien alfa Ónix, una nueva vida crece en las entrañas de mi querida Nala — ¡Oh por Dios! Es real que estoy embarazada.