Me llevo la mano al cuello al sentir que la marca que se grabó anoche en mi piel comienza a molestarme y a arderme un poco, no duele, pero es bastante incómodo.
“¡Nala”
Escucho con claridad como Ónix me llama y me vuelvo a buscarlos, paseando mi mirada por todos lados.
“Nala, algo está pasando, no sé lo que es, pero debes buscar a Lorenzo y a Alondra”
Parpadeo al recordar que Ónix puede hablarme de manera mental y aunque no se encuentre cerca, y que yo también puedo hacerlo.
“¿Ónix? ¿Estás bien? ¿Dónde estás? Aquí las cosas se están saliendo de control, han tomado de rehén al anciano sabio y no sé qué hacer para ayudarlo”
El anciano de cabello gris continúa hablando, pero yo solo intento concentrarme en Ónix ¿Me habrá escuchado?
“Yo estoy bien, volveré pronto. Tú busca a Luciano y