Siento una lágrima deslizándose por mi mejilla y escucho el leve quejido del animal herido.
No voy a permitirlo, si he llegado sin ninguna explicación a este lugar, seguro es porque tengo que ayudar a ese animal, y además debo descubrir lo que me está sucediendo y aclarar las cosas con el idiota de Ónix y de paso, golpearlo hasta el cansancio por imbécil.
Mi respiración se acelera, mientras observo a cada uno de los hombres empezar a reaccionar de manera extraña.
El hombre musculoso se lleva las dos manos a la garganta y empieza a respirar de manera exagerada ¿Qué le sucede?
— ¿Qué te pasa? ¿Estás sufriendo una reacción alérgica? ¿Cómo es posible? No ha comido nada — Pregunta uno d