— Hay otras manadas a las que podemos llamar y trabajar juntos, el alfa de la profecía aparecerá, el anciano sabio, nunca se equivoca — Empuño mis manos ante la respuesta de mi padre, que al terminar su frase vuelve a mirarme de la misma forma que lo hizo el anciano.
¡Maldición!
— ¡Alfa Orión! ¡Alfa Orión! — La voz asustada de los dos últimos jóvenes de la manada que se han transformado en lobos, sorprende a todos los reunidos — Cazadores, han herido a Tomás, estábamos a muchos kilómetros de aquí y logramos escapar sin dejar rastro — El joven que se dirige a mi padre ayuda a un Tomás herido en una pierna por una bala.
— ¿Qué hacían tan lejos y como lobos? — Pregunta mi padre enojado, mientras que la médico de la manada se lleva a Tomás.
— Hemos ido a ver un partido con nuestrosamigos de la escuela y de regreso quisimos detenernos y practicar un poco de lucha,
Tomás se enojó al perder y quiso la revancha y al volver a perder no pudo controlarse y cambio de forma y yo simplemente lo hic