– Eso quería escuchar– se abalanzó sobre mí y me alzó, me cubrió mi boca con la suya y me besó presuroso.
– ¿Hay alguna habitación en la que podamos estar? –peguntó agitado.– Sí.Me bajó, le tomé la mano y lo llevé hasta una habitación de invitados de la primera planta.– ¿Aquí puedes hacer ruido? – Am –hice un gesto con las manos que indicaba más o menos.Se carcajeo.– Ven aquí, Elena –se mordió el labio inferior, me halo de la mano hasta tenerme en sus brazos.Me besó suavemente y al final antes de separarse, tomó mi labio y le dio un pequeño mordisco.–Ah –gemí.Tomó el vestido y lo fue bajando hasta caer a los pies, no llevaba puesto sostén, solo me quedaban las bragas rotas.– Prometo reponerlas –sonrió victorioso.– No hace falta –le tranquilicé.– Acuéstate, por favor.Le obedecí. Delicadamente me acosté boca arriba en la cama, nuestros ojos no se separaban. Se fObra con copyright © prohibida la distribución por fuera de esta plataforma.