Capítulo 74: Cada día no es el mismo

Fabrizio

Había perdido la cuenta de cuántos días habían sido así. En cada situación me encontraba con una mujer que era la única que realmente entablaba una conversación conmigo, y en todas me parecía ver a Margarita. Una era una maestra que iba corriendo hacia su clase y que se encontraba perdida. En cuanto la ayudé y le hablé del bosque y de lo que había afuera, entró en pánico, y automáticamente volví otra vez a mi cama en la habitación del bar.

En otra oportunidad, era una joven que iba al mercado cuando, de repente, apareció un lobo que intentó morderla, y yo la salvé. Luego era una de las meseras y, en cuanto se cayó un poco de vidrio y vio el vino, perdió la cabeza. Otra vez era una granjera, y fue con la que pude hablar más. Tenía una blusa con margaritas dibujadas. Todo el día la ayudé con las cosas de la granja, y, en cuanto se acercó a mí y estuvimos muy cerca, otra vez desperté en la cama de ese cuarto.

Esto era un ciclo sin fin, y yo no sabía dónde iba a parar. En cada u
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