una peligrosa red de engaños.
Al abrir los ojos me doy cuenta que voy en la parte de atrás de un automóvil. Pero tengo las manos y los pies atados.
—Por favor, Adele, déjame salir de aquí —digo muy asustada por lo que pueda pasarme. —Todos me buscarán y muchas personas saben que estaba en tu casa. ¡Para ya este auto maldición Adele!—grito ansiosa. Ella acelera. Ha oscurecido y no veo nada, parece una zona montañosa. La señora Robinson va con ella. Adele ignora mis súplicas.
—Señora Robinson…—susurro intentando obtener su compasión.
—¡ Cállate maldición Alicia! ¿ Qué crees ? ¿ Que arruinas mi vida , te metes a mi casa y aún así saldrás ilesa?— grita por fin adele. La oigo con expresión aterrada. —Me cansé de soportarte , un favor, un maldito favor y tuviste que enamorarte de él —grita y acelera aún más el vehículo.
—Baja la velocidad Adele o déjame conducir —dice su madre con tono autoritario.
—Reniego de ti, no eres mi hermana, te odio Alicia—dice ignorando a su madre.
—¿ Por eso secuestraste a mi hijo, Ad